
Después de más de dos años de haberse cerrado las puertas de la Basílica Menor de Guadalupe “La Villita” en Pachuca, para recibir peregrinaciones para celebrar a la Guadalupana, hoy cientos de feligreses han acudido al recinto para agradecer por los favores recibidos y hacer algunas peticiones.
En la fila para ingresar a la parroquia, los creyentes desfilan con imágenes de la Morenita, en diferentes presentaciones, tamaños, materiales; algunas de ellas adornadas con flores; lo portan personas de diversas edades, desde los más pequeños quienes a su vez están vestidos de “naquitos” como tradicional y culturalmente se les llama; así como adultos mayores.
La devoción es visible, y se transmite con lagrimas y alegría, con abrazos, fotografías para el recuerdo, pero en todo momento abrazando y protegiendo la imagen que llevan entre sus manos y brazos, pegadita al corazón.
Es una fiesta para católicos y Guadalupanos, en la que no puede faltar los puestos de comida, dulces y artesanías, que además de dar color, ofrecen variedad de olores para todos los gustos y paladares; también están los puestos de artesanías en los cuales pueden adquirir juegos tradicionales para niños en madera y adornos para el hogar.