Regalismo absurdo

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HOMO POLITICUS

La visita del Rey Felipe VI de España, deja una huella sin sabor alguno, sin trascendencia alguna, sin fondo social o cultural de ninguna especie.

 

No se trata de realizar un juicio lapidario, pero se debe dimensionar los alcances de esta visita y de la postura de Felipe VI, quién contradictoriamente argumentó que “la democracia mexicana era una de las más sólidas del mundo”; este comentario peca de ignorancia en dos sentidos y de una ingenuidad absurda:

1º. Al argumentar Felipe VI que la democracia mexicana es una de las más sólidas del mundo, ignora la historia de México; reduce la realidad a su mínimo expresión y en términos generales la defeca. Entendemos que es un comentario al calor de la “buena voluntad”.

2º. Al argumentar Felipe VI que la democracia mexicana es una de las más sólidas del mundo, ignora que él es un monarca cuyo régimen ha negado la posibilidad histórica de emancipación al pueblo Catalán y Vasco; aunado que al afirmar esto, se le olvida que el régimen democrático es antitético del monárquico, cuestión que es como escupirse a la cara.

Ahora bien, a peso los camotes y al pan, pan y al vino, vino. Debemos advertir que esta clase de líderes como Felipe VI, son parásitos que han vivido sin trabajarle un día a nadie, hambreando a su pueblo, cuestión que no se dice ni se habla claro, amén de esto, las tropelías de peculado, corrupción, abuso del poder público, de la familia real de España, causa ignominia y desolación por doquier.

Por ello, ¿a quién puede extrañarle una declaración tan pendeja e infame como la de Felipe VI?, lo nodal de este tipo de personajillo, es el contubernio y su opacidad con las cuentas públicas y los sectores que establecen corruptelas de la burguesía española que desde la dictadura de Francisco Franco, quien por cierto cobijó al papá de Felipe VI, tiene las maños teñidas de sangre y muerte.

En todo caso, más allá de algún lazo financiero y de inversión, la visita de Don Felipe y Doña Letizia, sólo es holgura maldita para la revista “Hola”, en donde seguramente se cacareará esta incursión y sus figuras superfluas serán degustadas por aquellos ignorantes que anhelan las parafernalias cursis y pendejas de este tipo.