
ALFIL NEGRO
Eso de regalar cargos, como diputaciones, a gentes que no tienen más mérito que ser hijos de papá no conviene, porque luego resulta que estos beneficiados con esos regalillos piensan que de verdad se lo merecen y en su oportunidad sacan las uñas para jugar no de acuerdo a lealtades con el partido que se supone los llevó a ese cargo donde cobran muy bien, sino que se dan el lujo de moverse como mejor les conviene y apuñalan por la espalda a quien les dio ese regalo.
Lo peor del asunto es que sobre todo en el PRI se da como una práctica muy generalizada, dándoles cargo y dinero a quienes tienen como único logro ser los hijos de su padre, dejando casi siempre con la esperanza de que algún día les tocará a muchos que realmente trabajan.
El último caso es el del diputado federal priista de Campeche CARLOS MIGUEL AYSA DAMAS quien con la mano en la cintura informó de manera pública que no votará en contra de la Reforma Eléctrica, sino a favor de la Reforma de AMLO, con razones que no convencen mucho y que finalmente dicen los que saben traiciona al que se supone es su partido que decidió votar en contra.
Y no tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre.
Porque sucede que a este joven diputado el mérito más grande que tiene es ser el hijo del ex gobernador de Campeche CARLOS MIGUEL AYSA GONZÁLEZ, interino a la salida de Alejandro Moreno, que se fue a la Presidencia nacional priista y permitió que este señor fuera gobernador del 2019 al 2021 de la entidad campechana.
Ahora se dice que se va a incorporar al servicio exterior en un cargo diplomático.
De esta manera el hijo paga el regalo al padre y actúa como alguien al que no le costó para nada la diputación que se la regalaron y así paga el regalo.
Otra cosa sería si estos cargos se dan a quienes realmente se lo merecen y no a los hijos, parientes o conocidos como parece ser una costumbre y que no desaparece.
Al final se cosecha lo que se siembra.
Pero eso de dar los cargos y puestos a parientes o recomendados y no a los que se lo merecen ,es una práctica que se paga muy caro.