Los israelíes olvidan fácilmente su propio pasado
- La pancarta, en un estadio de futbol del país hebreo, nacido por imposición occidental hace 68 años en Palestina
En otro partido, seguidores del Hapoel Tel Aviv sostuvieron otra con el lema «¿Quién no es un migrante aquí?» en hebreo, expresando su solidaridad con los refugiados que huyen de países asolados por la guerra.
La unión de fútbol y política no suele dejar buenas imágenes. Parecía que con la última crisis migratoria en Europa, la peor desde la Segunda Guerra Mundial, estadios de fútbol de Occidente dejaban a un lado la opinión de los ultras y se iban a solidarizar con los refugiados. En Alemania, seguidores de equipos como Borussia de Dortmund respondieron con pancartas de «Bienvenidos refugiados» a las agresiones neonazis a inmigrantes en el este del país germano. Sin embargo, las últimas expresiones en el deporte rey están lejos de ser ejemplarizantes.
Los aficionados del Maccabi Tel Aviv, en Israel, ondearon el pasado fin de semana una pancarta que rezaba «Refugiados, no sois bienvenidos», jugando con las originales aparecidas en estadios de fútbol alemanes las últimas semanas. Pero en respuesta a esta xenófoba pancarta, en otro partido, seguidores del Hapoel Tel Aviv sostuvieron otra con el lema «¿Quién no es un migrante aquí?» en hebreo, expresando su solidaridad con los refugiados que huyen de países asolados por la guerra en busca de una vida mejor.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó recientemente la posibilidad de que el país acoja a refugiados de la guerra de Siria, con el argumento de que es una nación «pequeña» que debe defenderse del «terrorismo». En su lugar, se ha comprometido a construir un muro en la frontera de cerca de 29 kilómetros a lo largo de la frontera con Jordania. Frente a esta decisión, el líder opositor Isaac Herzog ha asegurado que Israel está obligado a absorber los refugiados de la guerra civil siria.
