Redes sociales, la nada como espectáculo

Redes sociales, la nada como espectáculo

RETRATOS HABLADOS

Dos empresas productoras de impresoras 3D en Estados Unidos, realizaron proyectos al mismo tiempo. Una, Maker Bots, con Robohand, logró crear una extremidad para un niño que había perdido la mano derecha por amputación. Grabaron un video y lograron 484 mil visitas en YouTube en una semana.

Casi al mismo tiempo un sujeto logró fabricar la primera pistola 100 por ciento 3D. También subió su videograbación a la plataforma citada, y alcanzó 3.7 millones de visitas.

¿Cuál de los dos artefactos producidos tendrá un impacto más positivo en la humanidad? Es evidente que el primero. Sin embargo los internautas optaron, por un mar de diferencia, a favor del hombre que llamaba a la libertad porque enseñaba cómo fabricar un arma.

Así estamos desde que nos solazamos porque podemos ser espectadores de peleas, choques, ajusticiamientos, caídas de borrachos y borrachas, y todo lo que usted quiera imaginarse a través de la pantalla del celular, la tableta o la computadora. Podemos pasar horas y horas en la celebración de la violencia, la burla, el escarnio, el dolor ajeno, y por supuesto los choques y persecuciones que tanto nos gustan.

Si por ahí aparece el video de una empresa que ha logrado fabricar manos, pies, y en un futuro órganos humanos, lo pasamos de inmediato y de plano lo cancelamos, porque lo que nos urge es seguir paso a paso cómo un sujeto logra desmayar a dos de un solo golpe, la balacera, el asalto a una casa, etcétera, etcétera, etcétera.

De pronto lo único importante en la vida es ser espectador del dolor de otros, pero no el nuestro; el escarnio de otros, pero nunca el nuestro; la muerte de otros, pero no la propia.

Algo ha pasado con esto de las redes sociales, los videos en vivo, que el mejor espectáculo sólo puede ser aquel que nos haga pensar que OTROS serán los que padezcan, los que sufran el dolor, los que serán evidenciados como sinvergüenzas y malandrines.

Asistimos minuto a minuto, segundo a segundo, al circo de pistas infinitas, donde en nuestro honor vemos la podredumbre humana, hasta creernos limpios, blancos de conciencia pura; porque son OTROS los que pecan y se hunden en el fango del pecado, en tanto los señalamos con dedo flamígero a través de las manitas y pulgares que apuntan hacia el suelo, o de plano una carita de enojo.

Esa es la razón por la que una empresa que produce manos y pies para niños, y en general para todas las personas que por desgracia perdieron una extremidad, importa tan poco al espectador.

También para que empecemos a pensar en la necesidad de la reflexión, de que este consumo brutal de información que no lo es, de mirar donde antes nadamás la policía o médico forense, de estar en todos lugares y en ninguno.

Resulta ser el horror de todos tan temidos, porque de pronto nada nos interesa, solo la urgencia por devorar y devorar videos, fotografías, sonidos, pequeños textos, siempre escandalosos, y burlarse así de la vida, de nosotros mismos.

Algo no está claro en toda esta acumulación de supuesta información. Algo que día a día nos convierte en monstruos que devoran y devoran, sin masticar, sin procesar, sin saber a ciencia cierta cuándo nos perdimos en esta vorágine absurda de perder el misterio de la vida.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

Related posts