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Recuperan tras 35 años un Stradivarius

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Fue elaborado en Italia en 1734 por el lutier Antonio Stradivari y es uno de los pocos cientos de Stradivarius que existen, y que pueden alcanzar precios millonarios en subastas.

 

El reconocido violinista Roman Totenberg dejó su adorado Stradivarius en su oficina para ir a saludar a sus seguidores tras un concierto en 1980. Cuando regresó, había desaparecido.

Su funda se encontró más tarde en el sótano de la Longy School of Music de Cambridge, Massachusetts, donde daba clases. Pero Totenberg, que murió hace tres años a los 101, nunca volvió a ver el instrumento.

Totenberg pensaba que sabía quién había robado el violín, pero nunca hubo pruebas suficientes para presentar cargos.

La búsqueda quedó paralizada hasta este junio, cuando su hija mayor, Nina Totenberg, recibió una llamada telefónica de un agente del FBI, el agente le dijo que estaba mirando al violín, que estaba bajo custodia federal.

“En ese momento casi no podía creerlo”, contó Nina Totenberg, en una entrevista exclusiva el miércoles. “Dije ‘Tengo que llamar a mis hermanas. Les diré que no guarden esperanzas’, pero él me contestó ‘No tiene que hacerlo. Este es el violín”’.

El instrumento, conocido como Ames Stradivarius, fue elaborado en Italia en 1734 por el lutier Antonio Stradivari y es uno de los pocos cientos de Stradivarius que existen. Pueden alcanzar precios millonarios en las subastas, como el más caro de la historia que se vendió por 15.9 millones en 2011.

Nina Totenberg dijo que el violín reapareció en junio cuando una mujer lo llevó a tasar en Nueva York y el tasador contactó inmediatamente con las autoridades. La mujer es la ex esposa de Philip S. Johnson, que falleció en California en 2011. Declinó realizar comentarios y pidió que su nombre no fuese publicado. No ha sido acusada de ningún delito.

El obituario de Johnson le describió como “un destacado violinista de 40 años” pero no especificó donde o para quién había tocado. Totenberg dijo que era un aspirante a violinista que fue visto alrededor de la oficina de su padre en el momento del robo.

Totenberg dijo que ante la falta de pruebas la policía no pudo obtener una orden para buscar el Stradivarius.

“Antes no se pudo hacer nada, siguió adelante (el padre), compró otro violín y vivió el resto de su vida”, agregó.

“Esta pérdida fue para mi padre, como él dijo como ocurrió, como perder un brazo”, dijo su hija Jill Totenberg, que trabaja como ejecutiva de relaciones públicas en Nueva York. “Recuperarlo tres años después de su muerte es para nosotros como volver a tenerlo vivo”.