
Antonia y Felisa R. Sánchez son dos hermanas que viven juntas y tienen más de 60 años. Antonia tiene más de 15 años sin salir de casa, ya no ve y se mueve muy poco. Felisa tiene casi dos años que no pisa la calle, le duelen sus rodillas y eso le propicia dolor cada que se mueve. Este miércoles por fin fueron vacunadas, en el marco de la inmunización de 50 a 59 años.
Antes de que iniciaran las jornadas de vacunación la brigada las visitó en su casa, para ver si ellas podían trasladarse al lugar de la vacunación, les tomaron sus datos y les aseguraron que ellos vendrían debido a su situación y las circunstancias del lugar en donde habitan: muchos escalones que les limitan el ser trasladadas.
El miércoles, una doctora, una enfermera, un militar, un joven de la brigada nacional y una trabajadora social, subieron a su casa ubicada en Las Lajas; en su habitación les pidieron los datos: alergias, enfermedades; y les aplicaron su primera dosis.
Ambas dicen que se sienten “de la patada” y es que tuvieron reacciones muy fuertes: a Antonia le duele mucho el cuerpo, tiene dolor de cabeza, un poco de tos y su brazo le sigue doliendo; a Felisa le dio síntomas de gripa: tiene los ojos llorosos y escurrimiento nasal. Con gran alegría y nervios las adultas recibieron la primera dosis de la vacuna y se notaron satisfechas por completo: “Estoy feliz. ¿Qué te puedo decir?”