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Rechaza Macron fichar a Valls

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Aunque no presentará a ningún candidato en su contra

El partido de Emmanuel Macron no ha aceptado la candidatura de Valls, por no cumplir los requisitos exigidos para poder ser investido
Las reacciones de los miembros de ‘¡En Marcha!’ fueron vistas como ofensas por parte de otros ‘Vallsistas’, sobre todo el cambio de postura de Macron que durante los meses de campaña había aceptado el apoyo de Valls cuando éste pidió el voto para su ex ministro de Economía en lugar del que era su candidato socialista.
El ex primer ministro francés, Manuel Valls, no es uno de los candidatos investidos por La República En Marcha (LRM). El secretario general del partido, Richard Ferrand, que ha dado el nombre de los 428 nombres que presentan de momento a las legislativas de junio, señaló que Valls no cumple los requisitos pertinentes. “Ningún candidato puede ser investido si ha cumplido ya con tres mandatos parlamentarios”.
Valls vive sus horas más bajas. Su carrera política se ve especialmente comprometida después de que el catalán anunciara esta semana que pretendía formar parte de la mayoría presidencial, participando entre los diputados de LRM, el partido de Emmanuel Macron, sólo que la formación no parecía dispuesta a aceptarle y el Partido Socialista, harto de los desprecios de Valls, quiere expulsarle.
El problema es que nadie comprende por qué Valls se lanzó al ruedo como candidato de LRM sin haberse asegurado antes la investidura o tener un pacto con los progresistas. Los dirigentes le reprocharon no haber respetado las reglas y comprometer la investidura en la circunscripción correspondiente, en Essone, donde ya tenían un candidato.
El tono de Ferrand fue más amable ayer en comparación a los últimos días. “En este momento lo que queremos es unir a una mayoría, no humillar o rechazar” ha dicho. “No hay que cerrarle la puerta en las narices a un antiguo primer ministro que podría sernos útil. Sería injusto hacer de un caso la regla. No modificaremos nuestros criterios, pero tendremos en cuenta la singularidad de un antiguo primer ministro”.