#LIGA ESPAÑOLA
El trofeo número 33 del máximo circuito del balompié español en las vitrinas de los Merengues llegó no sin antes tener que esperar 38 jornadas.
El cuadro “merengue” se proclamó campeón de la Liga española tras vencer al Málaga (2-0) en el estadio La Rosaleda. En la jornada 38 del futbol español, los dirigidos por Zinedine Zindane llegaron a 93 unidades y con ello amarraron el título 33 de Liga en su historia.
Barcelona también ganó en el cierre de la temporada; los culés remontaron al conjunto de Eibar en el Camp Nou pero el título de la temporada 2016-2017 ya estaba en la “Casa Blanca” celebrado por Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Sergio Ramos y compañía.
Por su parte en Italia, la Juventus de Turín conquistó, de forma matemática, su trigésimo tercer scudetto. La Vecchia Signora derrotó 3-0 al Crotone en el Juventus Stadium y, a falta de una jornada en el Calcio Italiano, los bianconeri lograron su sexto título en fila al alcanzar 88 puntos, cuatro más que La Roma.
Turinenses y madrileños se verán las caras el próximo 3 de junio para disputarse la hegemonía del futbol europeo en la final de la UEFA Champions League.
El trofeo número 33 del máximo circuito del balompié español en las vitrinas de los Merengues llegó no sin antes tener que esperar 38 jornadas. Hubo tensión, desgaste, de principio a fin, a pesar de que en el trámite del duelo clave, sellado con un seco 0-2 sobre el Málaga, el que le permitió hacerse de esta condecoración, el equipo blanco dejó una impresión de serenidad, de control total.
Los Boquerones no fueron el rival con el que los detractores del Real Madrid soñaban, en específico el FC Barcelona, que sufrió por partida doble en su batalla ante Eibar. La Rosaleda se encargó de presenciar como la esperanza catalana tardó más en nacer que en morir.
EN EL TERRENO DE JUEGO
Apenas al minuto de juego, un mal control de la zaga local le permitió recuperar la bola al Madrid, para que Isco lanzara con precisión quirúrgica a Cristiano hacia el área. Cara a cara con el meta Kameni, con la necesidad de triunfar para amarrar cuanto antes un campeonato que solo había saboreado en la 2011-2012, el portugués eludió al camerunés para empujar la bola con el marco abierto.
A partir de ese momento, un balde de agua helada cayó sobre la Rosaleda. Mismo que si bien no le quitó valentía y disposición al Málaga, si entumió sus músculos y le impidió comprometer, si quiera, la ventaja del Real Madrid.
Con el autocontrol de un viejo cazador, de un heredero del dios del éxito, el equipo de Zinedine Zidane bajó el ritmo del partido. Saboreó lentamente cada pasaje del mismo, convencido de que, tarde o temprano, terminaría por sentenciarlo.
Fue así que al 55′, tras el cobro de un tiro de esquina por su parcela derecha, Sergio Ramos, el eterno, remató de cabeza solo en el área para provocar un rechace, felino, de Kameni, el cual se estrelló contra el pecho de Varane y quedó a la deriva para que Benzema se llenara de gloria empujándolo a gol. Premio merecido para el jugador francés que viste el dorsal 9, pero juega con la inteligencia e influencia táctica de un ’10.’
James, Kovacic y Morata se unieron al festín, con la complicidad de Zidane, en un claro de mensaje de simplemente sustituir hombres pero no posiciones en el campo. El control del equipo blanco sobre los Boquerones se extendió hasta el pitido final del colegiado.