CINE DE HOY

Habíamos escuchado buenos comentarios acerca del documental Mexicanos de bronce de Julio Fernández Talamantes, que se estrenó en la Cineteca Nacional y en algunas salas comerciales.
Se trata de un crudo retrato de tres delincuentes que se encuentran en el Reclusorio Oriente y que utilizan la música como forma de evasión.
Son raperos como el bala, que se han pasado más tiempo en prisión que en la calle.
Con Hones y con Rocky, deciden hacer una especie de colectivo que hace varias presentaciones en la cárcel.
Fernández Talamantes los retrata en su ambiente natural mientras entrevista a varios de sus compañeros y familiares que hablan de su talento musical.
El filme se centra principalmente en Rocky, quien está a punto de salir en libertad.
El director lo sigue en sus infructuosos esfuerzos por conseguir un trabajo decente o de tener más presentaciones musicales, teniendo que conformarse como vendedor de tenis.
Su esposa trata de ayudarlo, pero sabe que tarde o temprano volverá a delinquir.
Resulta evidente que Talamantes no pudo evitar la fascinación por estos personajes, que distan mucho de considerarse como héroes.
Sin embargo, no consigue trasmitir la pasión rapera de estos marginales, que nunca alcanzarán la fama y la fortuna de sus similares norteamericanos, mucho menos originales.
Mexicanos de bronce resulta pues un crudo documental, que no será del agrado de todas las audiencias, pero que es un valioso testimonial de un grupo de marginales.