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“Quiero seguir siendo niña”

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RELATOS DE VIDA

Se había hecho tarde, el reloj de la pared del comedor marcaba las 6:15 de la mañana y Mariana ya tendría que estar sentada e iniciando con el desayuno, para posteriormente lavarse los dientes, tomar su mochila y adentrarse al carro para salir rumbo a la escuela.
María, su mamá, observó las manecillas y dijo entre dientes – Ya es tarde y esta niña no se apura, mejor voy a presionarla – subió las escaleras, recorrió el pasillo hasta llegar al dormitorio se su pequeña.
-¡Mariana! – gritó, mientras tocaba la puerta. Al no recibir respuesta giró la perilla y entró al cuarto. La primera mirada se dirigió a la cama y se percató que estaba vacía. – ¡Mariana¡, ¿dónde estás? – volvió a gritar.
Después de unos minutos escuchó a lo lejos – ¡Acá mamita! – ¿Acá, dónde? – Respondió enseguida la madre – ¡En el baño mami, no me siento bien! – contestó Marianita angustiada, mientras su mamá se dirigía la inodoro.
Respetando la privacidad de la niña, tocó primero a la puerta y enunció – ¿Puedo pasar? – Si mami, pasa – ¿Qué tienes amor, qué te duele? – interrogó María a la pequeña que se encontraba sentada en la tasa del baño, con sus brazos cubriendo el estómago.
-¿Tienes diarrea? – No – ¿Gases? – No – ¿Vómito? – No -¿Te duele el estómago? – Si – ¿De seguro por las papas de la francesa que te zampaste en la noche – No mami, es raro, no son dolores como de infección sino como cólicos.
-Pero debe ser por lo mismo, te dije que era mucha grasa – No mamita, no creo que sea eso, porque siento que algo me sale y por más que aprieto no puedo impedir que salga – ¿Cómo que sale algo? – si mami, tengo miedo, presiento que se trata de lo que vi en la clase de biología. Y comenzó a llorar mientras intentaba decir – ¡No quiero dejar de ser niña!
-¿Qué viste en la clase de biología? – Cuestionó la madre – Pues del periodo mamá, cuando te sale sangre de tu parte aunque tú no quieras, de los dolores que te dan por eso, y que dejas de ser niña para ser mujer, yo no quiero eso – Explicó Mariana.
María suspiró comprendiendo el sentimiento de su pequeña niña y enseguida la abrazó – No pasa nada amor, son procesos naturales, yo estaré contigo para orientarte y ayudarte, por lo mientras hoy no vayas a la escuela, quédate en casa y te preparo un caldito de pollo, te sentirás mejor. Pero no olvides esto, la mancha de sangre no cambia nada, para mí siempre seguirá siendo mi niña.