Quienes apostaron a Tizayuca respiran con los anuncios del presidente

NÚMEROS CLAROS
    •    Hidalgo no sólo ha vuelto a brillar porque el desarrollo se consolida en el sur de la entidad, sino porque el nuevo aeropuerto llevará el nombre de uno de sus hijos ilustres, al llamarse: “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles”


La construcción del Aeropuerto alterno de la Ciudad de México en Santa Lucía impulsará el desarrollo del Estado de Hidalgo y devuelve el aliento a quienes apostaran por la construcción de un aeropuerto en Tizayuca. No sólo mejorará la infraestructura carretera, y quizá férrea, para unir la Ciudad de México al nuevo “Aeropuerto Felipe Ángeles” que se construirá en Santa Lucía, el cual comenzará a operar en tres años, de acuerdo con lo señalado por el presidente Andrés Manuel López Obrador este domingo, al conmemorar el 104 Aniversario de la creación de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), en las instalaciones de la Base Aérea Militar No. 1 “General Alfredo Lezama Álvarez”.

Hidalgo no sólo ha vuelto a brillar porque el desarrollo se consolida en el sur de la entidad, sino porque el nuevo aeropuerto llevará el nombre de uno de sus hijos ilustres, al llamarse: “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles”. Además, el presidente de México anunció que el aeropuerto de Santa Lucía será administrado por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y los ingresos serán usados para fortalecer su desarrollo.

Así, ahora las cosas están más claras, pues se ha producido definiciones sobre un proyecto polémico y cuestionado por la oposición; pero si bien la SEDENA administrará el nuevo aeropuerto internacional, éste se basará en la normatividad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT); pero requerirá de obras de infraestructura “colosales” para conectarlo con la Ciudad de México y recudir los tiempos de traslado, como la construcción de un segundo piso sobre la salida de las ciudad en Indios Verdes o la construcción de un tren rápido, lo que impulsará el desarrollo del sur de Estado de Hidalgo.

Sexenio tras sexenio, al menos en los tres últimos, el Estado de Hidalgo ha vuelto a estar en los proyectos del gobierno federal. Recordemos que hace varios años, durante el gobierno de Jesús Murillo, se instaló la euforia por la posible construcción del aeropuerto alterno de la Ciudad de México en Tizayuca y los terrenos cercanos a donde se edificaría, fueron comprados por funcionarios cercanos el gobernador y sus amigos; luego, durante el gobierno de Manuel Ángel Núñez, la euforia continuó y vimos a su Secretario de Desarrollo Económico, Horacio Ríos Cano, realizar una fiesta en donde se edificaría el aeropuerto y hacer sobrevuelos espectaculares, mientras era aplaudido y aclamado por sus invitados. Lo más reciente, en el sexenio pasado, fue el compromiso del gobierno de construir una nueva refinería en Tula y ahora hay un nuevo anuncio.

Nada se ha construido ni se ha hecho en el Estado de Hidalgo desde hace tres sexenios, pero la esperanza de un gran proyecto federal ha estado encendida. Pero si bien no se construyó el aeropuerto ni la refinería en territorio de Hidalgo, en los últimos 20 años la fisonomía del Estado y de su capital han ido cambiando. Con ello, dejamos de ver los letreros que indicaban que las tierras sobre la carretera, en la entrada a Pachuca, eran de uso exclusivo para la agricultura, para ver surgir gasolineras, plazas comerciales, moteles y tiendas; al margen de que se hayan construido sobre los pozos desde donde se extrae la mayoría del agua potable que nutre a Pachuca.

Pero si bien las elecciones del 1 de julio y sus resultados hacían ver un nubarrón sobre el Estado de Hidalgo y la clase política que lo gobierna, la lucha contra la corrupción del presidente López Obrador lo ha revivido. La tragedia de Tlahuelilpan y la guerra contra los huachicoleros han proyectado al gobernador Omar Fayad como uno de los gobernadores más frecuentados por el presidente, al igual que el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, y ahora parece haber una gran cooperación.

Ese divorcio entre el gobierno del Estado de Hidalgo y el gobierno federal, que se miraba imposible después del apoyo del gobernador hidalguense al candidato del PRI a la presidencia y sus declaraciones en contra del candidato de MORENA, durante la campaña presidencial; que fortaleció el movimiento del presidente al hacerse con el Congreso Local, que hizo aflorar las contradicciones entre diputados locales y el gobernador, eclipsando su último informe; no sólo ha quedado superado, sino que el gobernador Fayad ha optado por sellar su acercamiento, tal como lo ha hecho el gobernador del Estado de México, con el ofrecimiento de las 900 hectáreas de terrenos en Tizayuca para que se construya, quizá, un aeropuerto de carga en el largo plazo, con lo cual ha revivido el viejo proyecto ya olvidado.

Con ello, quienes pensaban que había sido un mal negocio comparar tierras en Tizayuca, luego que se anunciara en el pasado la construcción de un aeropuerto en su territorio, han vuelto a respirar. Pero, al margen que se construya o no un aeropuerto en Tizayuca, lo cierto es que, la construcción del aeropuerto en Santa Lucía hará de ese municipio y de los cercanos a Pachuca, áreas de desarrollo inmobiliario en el corto plazo, lo cual pondrá en la balanza la capacidad del gobierno del Estado de Hidalgo para ofrecer los servicios públicos colativos básicos a la mayoría de los ciudadanos, entre ello el agua, que ya es un problema con el reciente desarrollo urbano.

Related posts