
EL PEQUEÑO TIMMY
Pues ahora que la desgracia ha llegado al Partido Revolucionario Institucional mejor conocido por sus siglas: PRI, es hora de repartir culpas por lo que se hizo y también por lo que se dejó de hacer, porque ahora resulta que hasta el hecho de que no se depositaran a tiempo algunas becas del Padre de la Patria contribuyó a que la balanza se fuera para el otro lado y llegara al dos por uno que le dio la victoria al candidato de Morena, Julio Menchaca Salazar.
La lectura de la elección en Hidalgo da para mucha interpretación, por lo que no es raro que hablen de una elección de Estado en la que culpan la intervención del gobierno federal y murmuren la intervención del gobierno estatal, aunque hasta el momento han decidido (sabiamente) mantener al gobernador Omar Fayad Meneses, al margen de cualquier culpa.
Como siempre, la lectura es diversa, pero lo que estuvo muy claro durante las campañas fue que el diseño de la estrategia que seguramente le vendieron a Carolina Viggiano no fue suficiente para convencer al electorado y más que ayudar parecía que el mismo equipo de campaña buscaba hacerla caer en el fracaso rotundo, con una telenovela mal hecha en la que la protagonista fue “la incomodidad” de la candidata en gran parte de los videos que la pusieron a hacer y con los que más que convencer a la gente se ganó la crítica de muchos.
Por ejemplo, en el video que publicó en sus redes sociales la mañana del 25 de mayo, en el que la candidata preparaba unas quesadillas para comer junto con dos personas más, hay varios errores que dan mucho en qué pensar: para preparar unas quesadillas es necesario primero calentar las tortillas y voltearlas sobre el comal, luego es necesario deshebrar el queso oaxaca (para que quede distribuido pero también para que rinda), otro punto a observar es que cuando se cocina se debe arremangar el suéter o sudadera para evitar un accidente.
Una persona común que ha padecido el recorte del gasto doméstico, clase media y media baja, digamos. La misma gente, a la que se dirigieron varios mensajes en contra de la opulencia y la riqueza de unos cuantos, vio la cantidad exorbitante de queso que le pusieron a las quesadillas; otras personas que son más fijadas seguramente vieron el tipo de quemadores y perillas de la estufa, que no es una estufita de esas de 3 mil pesos o una parrillita de 500 pesos que puede comprarse una familia promedio, mínimo ese tipo de quemadores no baja de 35 mil pesos.
Pero bueno, el precio de la estufa o la forma en que la candidata hizo las quesadillas es irrelevante para un video común; sin embargo, para una campaña electoral, el video estuvo cargado de signos que seguramente mucha gente leyó de esta forma.
El último video que hizo en la huasteca, en donde a la candidata le bolean las botas, luego baila con un señor y busca reflejar una imagen de cercanía con la gente, también muestra a una Carolina Viggiano si no cansada sí bastante incómoda y el equipo de campaña pudo haberle dicho “vamos a grabar de nuevo”, pero no fue así.
Otro punto que debe verse es la asignación de perfiles “hombres” en puestos estratégicos para la realización de la campaña, quizá una coordinadora de campaña, así como un equipo de mujeres priistas talentosas que aún se tienen en el partido hubiera dado mayor congruencia para reflejar el anhelo de tener en Hidalgo un gobierno no sólo encabezado por una mujer sino por un equipo de mujeres. Y hablar del esposo de la candidata es otra historia que quizá para algunos también tenga una lectura aparte.
A estas alturas, la cacería de mapaches, las llamadas de intimidación al equipo de la candidata y operadores políticos que quién sabe quién pudo identificarlos con santo y seña, dan otro mensaje, así como la entrega de los obsequios sin una instrucción clara de por quién se tenía que votar realmente, todo esto sumado a las boletas que tuvieron un voto para el PRI “quizá para una fotografía” pero luego fueron anuladas porque tuvieron una cruz también en el otro partido, dan signos de que el fuego vino de todas partes.
Y por último, el pleitazo que al inicio tuvieron el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y el gobernador de la entidad, Omar Fayad Meneses, ha dejado mucho qué pensar, todo parece indicar que la supuesta reconciliación fue de humo, y con los recientes audios publicados del líder del PRI no es de extrañarse la forma en que quizá pudo haber tratado o haber querido tratar al mandatario estatal, por lo que sin unidad real, mucho perdieron los priistas con hacer a un lado a Fayad Meneses.
Hidalgo no llegará a los 100 años consecutivos de priismo, el partido que estuvo 96 años en el poder, ha sido derrotado y ahora es momento de preguntarse: ¿Quién tuvo la culpa? aunque de antemano se puede augurar que la respuesta será “todos y todas, menos yo”.