POR EL DERECHO A EXISTIR
En días pasados, un folclor de aromas, sabores y sones se dieron cita en la tradición de día de muertos, en un país que es reconocido constitucionalmente como pluricultural, convergieron en los hogares, las plazas y los panteones el cempasúchil y el copal, en honor a la memoria de quienes partieron de este plano.
En cientos de altares la protesta se hizo presente, las fotos en las redes sociales dieron cuenta de la cantidad importante de personas que honraron la memoria de las mujeres asesinadas, con mensajes contundentes, los memes en los que pedían que “la flaca” se llevara a violadores y asesinos también estuvieron presentes.
En un país que tiene que llevar el conteo de las mujeres que son asesinadas día a día, porque son insuficientes e ineficientes las políticas públicas, los mecanismos y acuerdos implementados por el Estado mexicano.
Las cifras sobre asesinatos violentos de mujeres y feminicidios van al alza, ahí no alcanzan las políticas de seguridad, las familias de las víctimas no quieren abrazos, ni minutos de silencio, exigen justicia, por las vidas que son arrancadas, por los sueños que son truncados.
En este país, la violencia feminicida persiste porque la impunidad es la llave maestra para que se cometan estos crímenes, porque las denuncias no tienen un efecto de eficacia. Por el contrario, más de una compañera me ha expresado que después de denunciar a la persona agresora, como víctima incrementó su miedo, por las represalias que podría tomar el agresor.
Por ello muchas mujeres prefieren no denunciar, criticar desde fuera de una situación de violencia parece fácil, pero para quienes a diario sobreviven a episodios violentos donde se juegan la vida, denunciar es una decisión de vida o muerte. De acuerdo con CC NEWS, un informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señaló que tan solo en la Ciudad de México cada hora 11 mujeres piden auxilio porque fueron víctimas de abuso sexual, hostigamiento, violencia de pareja e incluso violación.
Por ello, a estos días de recuerdos, nostalgia y convivencia se suma también la digna rabia, pues como diría Renee Goust en su canción “Querida muerte”:
“No todas correremos con la suerte
estar de suerte ahora es estar viva
ahora estar de suerte es que tu novio
no resulte violador, abusador o femicida
ahora estar de suerte es que a la muerte
no le guste tu cintura y en su troca no te siga.
Yo ya no sé qué hacer con esta rabia
lo mismo mis amigas y pareja
denuncias y denuncias y denuncias y denuncias
y nomás no se ve nadie tras las rejas
están libres afuera emborrachando a alguna chica
para ver si en unas horas la cortejan”