Ha quedado en evidencia en la historia del Congreso del estado de Hidalgo, sobre todo en las últimas legislaturas, que entre los que llegan a convertirse en diputados siempre hay finísimas personas que no tienen la remota idea de lo que debe hacer un diputado, pero sí saben que van a presumir un puesto con sus conocidos, quienes seguramente en la calle dicen: “míralo tan lambiscón, que ya es diputado” o “mírala, quien la viera tan ignorante y hasta es diputada”.
Así mismo pasó con la 64 legislatura, cuando creíamos que habíamos visto todo: desde la alta política que se cocinaba a empujones y palabrerías en una lucha estúpida por el pleno, la forma en que algunos de los nuevos diputados no tenían ni la remota idea de lo que es el proceso legislativo ni los protocolos, hasta los errores cometidos a la vista de todos, pues resulta que no, no hemos visto todo, la vida en el Congreso local siempre tendrá mucho más que mostrarnos.
Vimos como los chapulines de Morena violaron sus propios principios sobre todo el de “no traicionar”, ¿Y qué hicieron? traicionaron a la gente que “los eligió” y enfermos de poder se fueron a buscar candidaturas a las alcaldías. Se fueron 13 diputados, de los cuales ocho son de Morena, una del PRD, uno del PES, una del PRI, uno del PT, y una del PAN.
Tan ansiosos estábamos de ver la participación de los suplentes, porque muchos sabrán que si bien hay perfiles que en su vida imaginaron llegar a ser diputados y aun así lo fueron y demostraron su ignorancia, con los suplentes se va a un extremo mayor. Seguramente no faltará otro que no sepa contar y que grite de la nada, “no hay quórum” para luego decir “ah sí, sí hay”, aunque creemos que no puede haber diputados más vulgares, en una de esas alguno o alguna de las suplentes superarán el subir a tribuna con una bolsa de huevos en la mano.
Sin embargo, tendremos que esperar, porque esto de la contingencia les cayó como anillo al dedo, y tendrán la oportunidad de prepararse, de saber cuántos artículos tiene la constitución del estado de Hidalgo, cómo se hace una ley, qué es el proceso legislativo, y sobre todo ¿para qué sirve un legislador? Los suplentes, tendrán la oportunidad de ver cuántos videos puedan, de sesiones anteriores, para que no cometer burradas que los hagan quedar como idiotas en el registro histórico de la honorable Casa del Pueblo.
Sí, eso de ser diputado sonaba fácil, cuando no se estaba en la mira, cuándo sólo se cobraba por ir a calentar una curul, en aquellos tiempos en los que no importaba que no subieran una sola propuesta, que despilfarrarán recursos o bien gozarán del hoy inexistente “fuero”, quizá por eso uno de los suplentes la sigue pensando y quizá no tome el cargo, porque seguramente sería exponerse a lo que hoy significa ser diputado: un ente vigilado, del cual se espera el mínimo error para burla de sus vecinos y de aquellos con los que se paró el cuello diciendo, “mírenme, soy diputado”.