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Qué esconde la CFE detrás de los consumos excesivos

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De cara a las elecciones del 5 de junio pasado, durante los primeros meses de este año el presidente Enrique Peña Nieto insistía, dentro de su propaganda en los medios, sobre la reducción de las tarifas eléctricas. Sin embargo, a principios de este mes la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que ajustaría las tarifas en el mes de julio, debido al incremento de los precios de los combustibles para producirla, pese a la caída de los precios internacionales del petróleo.

De tal forma que las tarifas para el sector industrial se incrementarían entre el 2 y el 5% en julio; para el sector comercial de entre 5 y 7%; mientras que para los hogares de alto consumo, los cuales pagan la tarifa DAC, el incremento sería de 6.8%, los cuales suman más de 440 mil.

Durante los años del actual sexenio, millones de hogares han sido objeto de cobros indebidos, de cobros excesivos que han motivado la indignación y la ira en muchas familias, las cuales han visto cómo el discurso del presidente Peña Nieto se resquebraja frente a la realidad que viven. En muchos casos, producto de elementos y falta de medios para exigir la revisión de los cobros, las familias han tenido que pagar esos cobros excesivos e injustificados; cobros que han conducido al cierre de pequeños negocios familiares, los cuales se han visto incapacitados para pagar los miles de pesos que exige la CFE.

En el bimestre que terminó en mayo pasado, habían bajado las tarifas de la CFE, respecto a las vigentes al inicio de este año; pero lo absurdo de los cobros indebidos permaneció sin justificación ni argumentos técnicos válidos. Recordemos cómo a inicio de 2016 la tarifa básica era de 0.809 pesos por kilowatt/hora (kWh), la intermedia de 0.976 pesos por kWh y la excedente de 2.859 pesos por kWh.

En el bimestre 4 de marzo a 4 de mayo, la CFE cobró tarifas de 0.793 pesos el kWh en la tarifa básica, de 0.956 pesos por kWh en la intermedia y de 2.802 pesos por kWh en la excedentaria. La reducción ha sido de apenas  -0.016 en la tarifa básica de -0.02 en la intermedia y de -0.057 para la excedentaria.

Si comparamos las nuevas tarifas cobradas por la CFE con las vigentes en el bimestre del 6 de enero al 6 de marzo de 2013, al iniciar el sexenio del presidente Peña Nieto, las cuales eran de 0.761 pesos el kWh para la básica, de 0.934 pesos el kWh para la intermedia y de 2.718 pesos el kWh para la excedentaria; vamos a ver que la reducción aplicada a las tarifas aún están por arriba de las tarifas de entonces en 0.032 pesos el kWh en la básica, 0.022 pesos el kWh en la intermedia y 0.084 pesos el kWh en la excedentaria, respectivamente.

La CFE ha señalado que la tarifa doméstica de bajo consumo no aumentará, lo cual implica no superar los 150 kWh, de lo contrario deberá los hogares deberán de pagar más por su consumo en la tarifa intermedia que abarca los 130 kWh adicionales y si los supera, debe hacer frente al costo de la taifa excedentaria de 2.802 pesos por kWh consumido.

Los cobros excesivos e injustificados de la CFE, la instalación de los nuevos medidores de consumo de energía sólo tienen un objetivo, llevar hacia la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) a la mayor cantidad de hogares. No es difícil llegar a ella si la CFE le comprueba a un hogar con sus recibos que su consumo bimestral promedio, registrado en los últimos 12 meses, es superior a los 500 kWh. Ese es precisamente el objetivo irracional de la CFE, una empresa del gobierno federal que tiene la obligación de proporcionarle a la población un bien público colectivo.

En otros artículos he documentado una investigación sobre el consumo de electricidad en 24 casas de una privada en Pachuca, especificando el número de miembros y hasta su hábitos de consumo. En esta ocasión sólo quiero comentarle al lector como en una de las familias, la cual ha llevado a cabo todas las recomendaciones de la CFE y de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), eliminando todos los viejos focos y sistemas consumidores de energía y sustituyendolos por LED, cuyos hábitos de consumo de energía y medidas han sido llevadas al extremo, y pese a ello la CFE ha cobrado tarifas que van desde 1542 pesos hasta los 349 pesos.

La pregunta es ¿Cómo en un hogar donde los hábitos sobre el uso de la energía, los equipos y medios que consumen energía, no han cambiado de un bimestre a otro, existen variaciones radicales en el consumo, pese a los cambios de estación?

En el bimestre noviembre-enero, a pesar de que la familia estuvo 15 días fuera de su casa, debió pagar 962 pesos, a pesar de que no uso ningún calefactor; en el bimestre enero-marzo 474 pesos, siguiendo los mismo hábitos de consumo y en el bimestre marzo-mayo de 349 pesos. Sin embargo, pese al horario de verano, en este último bimestre el cobro de la CFE ha sido de 799 pesos, sin aumentar en número de miembros de la familia ni modificar los hábitos de consumo.

Esta irracionalidad nos conduce a la conclusión de que la CFE desea llevar, en el menor tiempo posible, a la mayor cantidad de hogares a la tarifa DAC, a fin de mejorar sus finanzas; crear un ambiente de inversión contra el gobierno y la CFE, a fin de justificar su privatización y la entrada masiva de empresas oferentes de electricidad de la iniciativa privada

iles de mexicanos, como lo he constatado en mi investigación, han optado por deshacerse de su medidor de la CFE y conectarse directamente a la red de electricidad. En la propia privada donde  he efectuado la investigación, de manera impune y durante años, al menos una familia continúa usando de manera gratuita la electricidad de la CFE, sin que la empresa lleve a cabo alguna acción. La moraleja podría ser que, frente a los cobros injustificados de la CFE, es mejor conectarse directamente a la red, pues no existen sanciones legales ni económicas que lo prohíban, más que la ética y la moral de cada familia, algo con lo cual no cuenta la CFE.