“Hay muertos que no hacen ruido”
Tienen razón las autoridades de Desarrollo Social de Hidalgo, que piden que no cunda el pánico referente a las amenazas de Donald Trump respecto a la deportación masiva de migrantes hidalguenses, seguramente ya lo tienen calculado, sobre todo si tenemos de presidente a un estadista como el licenciado Peña, quien ya dijo que ni vamos a pagar la construcción del muro, como tampoco permitirá la violación a la soberanía nacional, aunque si hacemos cuentas, recordaremos que también nos prometió que no habría incrementos a los precios de los combustibles, el gas u otros impuestos, en una de esas y quizá hasta empeña al territorio nacional, convirtiéndonos en una colonia más de los gringos, perderíamos la soberanía del país, pero ganaríamos dólares, ya no tendríamos por qué migrar, ni tampoco deuda externa, agarre la onda, lo haría por nuestro bien.
Aquellos que critican al Presidente Peña, no saben que a veces las decisiones de gobierno son dolorosas, ya lo dijo él mismo, figurativamente, claro, que sus acciones son como un parto, duele mucho pero es por nuestro bien, aunque signifique que estamos pariendo cuates que vienen sentados o chayotes de dos kilos. Aunque con los avances científicos, el parto debería ser sin dolor, pero seguramente si así fuera no valoraríamos las cosas, por eso nos está haciendo padecer.
Otro que igual trae un despapaye, es el presidente municipal de Ixmiquilpan, Pascual Charrez Pedraza, quien carga en sus hombros cuatro muertitos de septiembre a la fecha y muchos heridos, no sólo del cuerpo sino también del alma. Es un daño colateral por el bien de todos, aunque los resentidos sociales piensan que debe renunciar a su cargo, porque de algún modo ha tenido responsabilidad en todos esos eventos violentos.
Por ejemplo, este fin de semana, un vecino de El Olivo, quedó como calcomanía en las calles de la Ciudad de México, todo por ir en busca de un baño, lo hicieron ir a protestar ante la CONAGUA, porque según su obra no le llegaba por culpa del gobierno federal.
Iba entre la bola encabezada por el presidente municipal, cuando el hombre cruzó la avenida fue arrollado por el metrobus, creyó que andaba en su tierra y no tuvo precaución.
Desde los hechos, el presidente y su gente del ayuntamiento, han decidido no sólo negar lo ocurrido, sino guardar un silencio sepulcral. Aunque recientemente en una reunión con delegados aseguró que no le entraría a los “putazos”, tampoco expondría a su gente a ser reprimidos o perder la vida, seguramente sigue los pasos del Presidente Peña, o sea prometer que total eso no empobrece, es el dar lo que aniquila.
Bendito Dios que contamos con políticos como Edmundo Ramírez, quien luego de una larga ausencia, ahora anda con una depresión terrible, porque Ixmiquilpan se ha convertido en un paraíso para el crimen y la delincuencia, aunque la culpa dijo es de todos, quizá asume su responsabilidad por haber apoyado al presidente municipal Pascual Charrez, tanto que su hermano, Carlos Ramírez es el actual tesorero, recordemos que en política ni las puñaladas son gratis. Aunque los resentidazos sociales se les hace curiosa su aparición, seguramente anda en busca de alguna candidatura, pues este fin de semana se reunió con algunos medios de comunicación invitándolos a desayunar, lo raro es haber cortado una flor de su jardín porque quienes conocen al señor, saben que él no se compra una banana nomas para no tirar la cáscara.
En corto:
• El padre, Alejandro Solalinde, canceló de última hora su visita a Ixmiquilpan, de acuerdo a los organizadores será hasta el mes de febrero cuando se reúna con los activistas en este municipio.
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