¡Fuchi, caca!
Seguramente Ixmiquilpan hizo algo en su vida pasada, porque eso de aguantar a los Charrez por alguna razón debe de ser
“El perro que come huevo aunque le quemen el hocico”, lo mismo pasa con las malas mañas, no se olvidan, basta con un poco de ira para que saquen a relucir ya ni siquiera el cobre, sino la lámina acanalada. Son tan chafas, que quienes los compran, apenas y les quieren dar el uso, cuando de inmediato se da uno cuenta la razón de por qué son tan baratos.
Se acabaron esos tiempos que daba gusto encontrarse con hombres bragados, esos que los bigotes les olían a pólvora, ahorita ya todo es considerado como violencia. Se están acabando los valores, los resentidos sociales opinan que quienes privilegian los golpes, no son más que sinónimo de primitivismo y salvajismo.
El concepto le queda bien a don Hugo Sánchez Quiroz “El Húngaro”, quien además de agresivo, quería encuerar al delegado federal de programas sociales, Abraham Mendoza y pues eso le valió una serie de críticas a su persona, nomás por tener esos gustitos culposos. O sea, todos, absolutamente todos, alguna vez, cochinamente hemos imaginado a nuestra persona “fav”, así como Diosito la trajo al mundo, pero normalmente es algo que no se comenta y si se hace, es a quien más confianza se le tiene, no al Secretario de Gobierno, mucho menos a los medios de comunicación, que como siempre van con el chisme.
Los resentidazos, esos que quieren ver al mundo arder, de inmediato recordaron que el “Húngaro”, además de cochinote, es bien pasado de lanza con sus agremiados, a quienes literal los obliga a poner el puerco para sus festejos de cumpleaños, que curiosamente coinciden con el aniversario de la organización que preside, la de las aguas negras. Obviamente, es una coincidencia muy simpática, pero causal y ordinaria, o sea, usted no piense que perversamente realiza su cumple para que todo le salga gratis a costillas de sus agremiados.
Otro caso similar es el de Vicente Charrez, quien también ha sido víctima de la incomprensión social, no solo de la chairiza, sino de las propias instituciones, quienes lo ven con cara de fuchi, solo porque la semana pasada se quiso ir a pie, a pleno rayo de sol, a la Ciudad de México, pero se lo impidió la policía.
Solo que en su caminata también invitó a dos funcionarios federales, quienes luego de una dosis de agresiones verbales y golpes físicos, los humillaron públicamente, obligándolos a portar cartulinas por supuestamente incumplir acuerdos. Lógicamente, este acto calentó a las instituciones a los niveles más altos, devolviéndole una sopa de su propio chocolate, advirtiéndole que la suerte se le ha acabado.
Charrez por ejemplo, no es la primera vez que encabeza agresiones contra funcionarios de todos los niveles, incluidas a las mujeres, habría que recordarle, cuando secuestró y agredió, junto con un grupo de damitas a la entonces síndico de Ixmiquilpan, obligándola a firmar documentos para beneficiar a su organización con obra pública. Seguramente Ixmiquilpan hizo algo en su vida pasada, porque eso de aguantar a los Charrez por alguna razón debe de ser.
En corto:
• Ayer, Nicolás Martín Mendoza, quien encabeza la alianza PAN-PRD para convertir a Edmundo Ramírez, como candidato a alcalde de Ixmiquilpan, posteó en Facebook, acciones de cuidado al medio ambiente, una faena en su barrio, solo que las acompañó con tres imágenes quemando basura.
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