“La pelea por el cascajo”
Así andan en todos lados. No, no hablo del PRD, tampoco de la muerte de un bisonte en la Ciudad de México, mucho menos del gorila Bantú, que lo tenían como para hacerlo en tacos, según unas fotografías compartidas en las redes sociales donde aparece como rompecabezas, según para hacerle una necropsia, lo cual desató una serie de reacciones de indignación en las redes sociales, hasta organismos de Derechos Humanos le han entrado al tema, y no porque el mono sea de nuestra especie, sino porque a la hora de volverlo armar resulta que sobraron piezas, neta, los flojonazos hasta con eso se andan indignando. A ver, por qué no se enojan con “doña pelos”, la que vende el pollo en retazos.
Me cae, los resentidos sociales a todo le encuentran, como Pokemon Go, nomás andan cazando haber quien cae o se equivoca. Bueno, hasta al jefe de gobierno de la Ciudad de México, le ha tocado padecer con chavos que en edad de la punzada sólo se la pasan reclamando por todo, nomás porque en ese rinconcito de patria la protesta social está prohibida, lo cual es lógico, si estos muchachos hicieran lo que sus compañeros de su edad hacen, o sea irse a quemar mona, empinar el codo y andar en el despapaye, no los reprimirían, pero como les gusta tomar calles para andarle mentando la madre a la autoridad, obviamente las ofensas no se pueden permitir, porque la educación a veces a punta de consejos entra, ahorita que todavía es tiempo, porque ya de grandes es imposible. Hablando de incomprensión e incredulidad, mire que cuestionar la renovación del PRI nacional, acusando de dedazo e imposición, o sea, usted cree que quienes mandan en este país se arriesgarían a mantener esos usos y costumbres arcaicos ¡Claro que no!
La lucha de titanes a estos niveles se repite también acá con los terrenales, aunque apenas sean rasguños de gatos. Resulta que en Ixmiquilpan, la lucha a calzón quitado por la dirigencia del PRI se encuentra en su apogeo, donde los auto destapes están a la orden del día, hasta de aquellos que quieren frenar a sus compañeros nomás porque es cuestionable su militancia o porque huelen a leña de otro hogar.
Pero llena de optimismo, no sólo porque más de uno quiere hacerse cargo del muertito, porque a estas alturas, el partido apesta más que a difunto al tercer día, sin embargo no falta el valiente que quiere encabezar a las fuerzas vivas, esas que todavía creen en Santa Claus, los Reyes Magos, la Rosa de Guadalupe y en la democracia.
Por lo menos denotan capacidad, liderazgo (aunque sus barrios no los respalden, pero en realidad es un asunto focalizado, recuerde esa frase, nadie es profeta en su tierra), ideología inquebrantable, intelectuales, porque recuerde, son tiempos nuevos, donde el PRI exige no sólo líderes de pueblo, sino gente que por lo menos haya leído más de tres libros.
Alguien dijo un día, que el PRI es un partido que no perdona deslealtades, prefiere perder una elección antes que cumplir caprichos o ayudar a quien un día se puso en su contra, por eso da gusto que hoy se arrope a aquellos que la fidelidad sólo la conocen en los aparatos de sonido, esos que se visten de rojo, pero son de sangre amarilla o azul, según sea el caso, pues en Ixmiquilpan, los regidores que integrarán la siguiente asamblea municipal, no son priistas, pero con estos aires de renovación son tratados mejor que los de casa, benditos sean los cambios.
