• ¡Cómo cambian los tiempos!
Pocas generaciones hemos tenido el privilegio de ver tantas evoluciones juntas, como la transformación de los dinosaurios tricolores en iguanas color vino, los “b-b saurios” en lagartijas, nuestro “Beni” Juárez de 20 a 500 pesotes, las mantecadas a manteconchas, el Cruz Azul avanzando, cosas que si no son propias del fin de los tiempos, al menos deben parecérsele.
Si eso nos lo hubieran platicado hace seis años, se nos hubiera puesto la piel chinita nomás del condenado miedo, ahora no queda de otra, nos adaptamos o desaparecemos, algunos ya hasta planean cambiarse el nombre, los colores y hasta sus principios.
Pero hay algo que no cambia, los mexicanos expertos en balconearnos. Con fotos o videos ridículos. La verdad, es que nosotros administramos el rencor por mucho tiempo, para vengarnos, hasta el niño que nos quitaba el lonche, pues en una de esas llega a ser presidente, diputado o algún artista famoso. Es el caso, por ejemplo: de don Porfirio Muñoz Ledo, que fue evidenciado en un video donde aparece pasadito de copas, echando un pasito pa’ delante y dos pa’ tras y aunque a él no se le puede cuestionar su paso en la historia y la democracia en este país, los resentidazos sociales ya le cuestionan su gusto por empinar el codo, hasta unos dicen que, tras unos análisis clínicos, resultó estar compuesto de 90 por ciento de alcohol y 10 de botana, ríase, estuvo bueno.
Sin embargo, hay cosas que sí han cambiado. Se acabaron esos tiempos en que despacharse a un cristiano, representaba un aumento en el avalúo del apellido familiar. Hay historias contemporáneas como a La Martina, Rosita Alvires, Laurita Garza o don Lamberto Quintero, donde la muerte era cosa de honor, hasta corridos se hicieron y con ellos, surgieron leyendas que pasan de generación en generación, ahora, todo es puro chisme, basta con que alguien con manos de estómago y un celular inteligente, suba algo al Facebook o por el WhatsApp, para que enseguida se convierta todo en una tragedia, pero no de esas donde el amor, el contrabando y la traición iban de la mano.
Solo queda en nuestra memoria, cuando con un chanclazo en el lomo, lo mandaban a uno por la caguama a la tienda, por las tortillas o a la escuela, así tuviera uno que pasar en medio de los marihuanos, a los que nuestras jefecitas nos recomendaban no mirarlos a los ojos y pasar a prisa, incluso, tenía uno que agarrar piedras imaginarias para enfrentarnos a la jauría de perros de la colonia. Hoy, de un tiempo a la fecha, las mamás modernas, se han vuelto sobreprotectoras con sus chiquitos y se traen un argüende con el supuesto robo de niños, en nuestros tiempos, hasta ellas mismas los invocaban para que nos portáramos bien y ayudáramos con el quehacer.
Es tan grave el problema de la ignorancia y las redes sociales, que hoy cualquiera puede ser sospechoso de ser robachicos, no importa si es un campesino, una madre de familia o un estudiante de la UNAM, solo basta con que alguien diga, que por su apariencia parece ratero y ¡zas!, le acomodan una madrina, les rocían gasolina (o huachicól que está de moda) y les prenden lumbre para placer y diversión de los resentidazos sociales, que con regocijo transmiten por Facebook, para ganarse muchos likes, corazoncitos y obviamente comentarios, como: “Que bueno, el pueblo unido, para que sirva de escarmiento”.
Para la gente pensante, estos eventos son degradantes, aunque para los resentidos sociales, no es más que una expresión genuina de un pueblo cansado de injusticias y del robo de niños, aunque ahí nunca se hayan robado a ninguno, o lo peor, al conocerse que eran inocentes, pues que Dios los reciba en su santa gloria, pero que sirva de lección para los que sí son robachicos.
En corto:
*El viernes, el Secretario de Desarrollo Social (Sedesol) del país, Eviel Pérez Magaña, visitará el municipio de Actopan.
*El presidente del PRI municipal de Ixmiquilpan, ofrecerá esta mañana, una conferencia de prensa, para fijar su posición en el municipio
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