Valle del Mezquital
- Tan sólo en la Huasteca hidalguense, durante la celebración del Xantolo, se recibieron más de 50 mil visitantes
Son depositarios de nuestro patrimonio cultural y ancestral que debemos reconocer como en su gastronomía, la festividades de muertos en Oaxaca, Michoacán y desde luego en la zona centro como el Xantolo recientemente declarado patrimonio inmaterial por el Congreso del Estado
“Los pueblos indígenas más allá de su legado arqueológico son memoria viva de México y depositarios de nuestro patrimonio cultural y ancestral que debemos reconocer como en su gastronomía, la festividades de muertos en Oaxaca, Michoacán y desde luego en la zona centro como el Xantolo, recientemente declarado patrimonio inmaterial por el Congreso del Estado de Hidalgo”, sostuvo diputado Héctor Pedraza Olguín
Pedraza Olguín, indicó que tan sólo en la Huasteca hidalguense, durante la celebración del Xantolo, se recibieron más de 50 mil visitantes, con una derrama económica superior a los 15 millones de pesos.
Explicó que en este el festival del Día de Muertos que más visitantes recibe, sin embargo en todas las regiones del estado existe gran afluencia en estos días de asueto, dijo, el grueso de ellos, personas oriundas de su región que regresan a cumplir con esta tradición anual.
El diputado, de origen Hñahñu, comentó que el día de Muertos es una gran oportunidad para preservar nuestra cultura ancestral, donde la juventud se sienta identificada y orgullosa de nuestro pasado esplendoroso.
“Es tiempo de volver los ojos y el corazón a los pueblos indígenas, no como un acto de filantropía o de bondad es un deber de justicia social y una deuda que como sociedad debemos de pagar a quienes nos han legado un gran bagaje cultural. A los pueblos originarios nadie nos regaló nada… al contrario hoy tenemos que hacer una defensa más vehemente de nuestros recursos naturales, patrimonio histórico porque nada se nos ha dado gratis”.
Subrayó que una sociedad sin lenguaje, sin literatura, costumbres, sin recursos naturales es una sociedad sin raíces, perdida y sin imaginación. Un pueblo sin identidad es rehén para cualquier modismo o moda que nos llega del norte o del occidente del mundo sobre todo en la juventud quien ante el desconocimiento de su pasado busca crearse una identidad que llene el vacío de su incertidumbre
“Por ello, en este tipo de festividades convoco a construir historia, tejido comunitario, a seguir conservando la sabiduría de quienes estuvieron antes aquí, a fortalecer nuestra identidad y edificar nuestra vida sobre el legado cultural de nuestros ancestros, sin olvidar lo que fuimos, somos y seremos”, concluyó Héctor Pedraza.