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Propuesta de una Agenda Nacional

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Dinámica Educativa

Inglés es Posible III

Algunos cálculos realizados por Lobachev (2008) indican que 21.8 % de los libros publicados en el mundo están redactados en inglés, mientras que 10.9 % en chino mandarín, 9.8 % en alemán y 8.8 % en español. Poco más de 45 % de las publicaciones académicas se realizan en inglés, el alemán es el segundo idioma más relevante con 11 % del total, le siguen el chino mandarín (6.5 %), español (5.6 %), el francés (4.9 %) y el japonés (3.4 %).

(Tomado del documento homónimo publicado por la organización Inglés para la competitividad y la movilidad social)

 

 

                “Ante la tendencia mundial hacia un idioma común para los negocios, debemos evitar el rezago en sectores vulnerables en la sociedad ofreciéndoles mejor capacitación y educación en competencias como el idioma inglés. David Graddol (2005), un reconocido lingüista, que ha trabajado extensamente en proyectos relacionados con el inglés a nivel global y su impacto en el desarrollo económico afirma que “estamos cerca de crear un mundo en el cual se espera que cada ciudadano del mundo hable inglés y aquellos sin esta habilidad formarán una nueva clase social excluida social y económicamente. […] esto indica que surgirá una reforma educativa con múltiples velocidades al interior y entre países.

El conocimiento del inglés muy probablemente se convertirá en el mayor mecanismo de reestructuración de la desigualdad social y económica en el mundo.” Sin embargo, eso también implica que la enseñanza del idioma inglés puede ser una herramienta de inclusión social y económica de los sectores más desprotegidos de la población actual al mundo globalizado.

                Inglés como herramienta de acceso al conocimiento

                El dominio de una lengua ampliamente utilizada en un contexto globalizado empodera a las personas disminuyendo barreras de conexión con el mundo y acceso a la información. Steven Pinker (1995) afirma que “un lenguaje común conecta a los miembros de una comunidad en una red de transmisión de información con capacidades colectivas impresionantes”. Este fenómeno es precisamente lo que está sucediendo con el internet, por ejemplo, cuyos contenidos están mayoritariamente desarrollados en inglés.

Un análisis de W3Techs, la división de encuestas en línea de Q-Success, una empresa consultora especializada en administración de software, revela que en abril de 2013 cerca del 56 % de los sitios web más visitados usaban el inglés como idioma principal en sus contenidos. La metodología de W3Techs muestra que la mayor parte de los sitios en internet relevantes tienen contenidos en inglés.

Lo anterior no necesariamente implica que la mayoría de las páginas web tienen esta característica, ya que puede existir un universo mucho más amplio de páginas pero que no tienen mucha relevancia. En otros tipos de producción de información el inglés también es importante.

Algunos cálculos realizados por Lobachev (2008) indican que 21.8 % de los libros publicados en el mundo están redactados en inglés, mientras que 10.9 % en chino mandarín, 9.8 % en alemán y 8.8 % en español. Poco más de 45 % de las publicaciones académicas se realizan en inglés, el alemán es el segundo idioma más relevante con 11 % del total, le siguen el chino mandarín (6.5 %), español (5.6 %), el francés (4.9 %) y el japonés (3.4 %).

Un buen nivel de inglés amplía las opciones para continuar invirtiendo en capital humano. De acuerdo con la clasificación de la revista internacional The Economist (2014), 17 de los 20 mejores programas de postgrado en administración de empresas (MBA) se encuentran en universidades en países angloparlantes.

El ranking global de universidades de Times Higher Education (2014) pone a 45 universidades de Estados Unidos, 11 de Reino Unido, 4 de Canadá y 5 australianas entre las mejores 100 universidades del mundo. Por otra parte, el QS World University Rankings (2014) indica que 62 de las 100 mejores universidades del mundo se encuentran en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia o Irlanda.

El inglés se ha convertido en el idioma común de la academia, la investigación y la docencia. Además, las mejores universidades del mundo, a pesar de no estar establecidas en países angloparlantes, ofrecen programas académicos completamente en inglés.

Lo anterior ha generado que aquellos países con un nivel alto de dominio de inglés tengan capacidades superiores de innovación.

De acuerdo con datos del Índice Mundial de Innovación 2014 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) existe una fuerte relación entre el nivel de inglés promedio en los países y su capacidad para innovar. Es posible que la retroalimentación con investigadores, académicos y departamentos de investigación y desarrollo privados en otros lugares del mundo genere beneficios para los países con más capacidad de comunicarse efectivamente.

Para las organizaciones, esto también tiene implicaciones. Equipos multiculturales tienen el potencial de ser más creativos: tienen una visión más amplia de las tendencias mundiales y ante un mismo problema son capaces de generar soluciones diversas y a seleccionar y perfeccionar la mejor de éstas. Estos equipos multiculturales requieren de una lengua común para comunicarse.

El aprendizaje de otros idiomas no únicamente nos permite conectarnos con la información que es útil para innovar, comprender nuevas tecnologías e invertir en capital humano especializado, también propicia el aprendizaje de nuevas culturas. Esto puede llevar al fortalecimiento del entendimiento entre comunidades (Fundación Empresarios por la Educación y Angulo, 2014) y naciones e incluir a personas a una sociedad global multicultural.

Inglés en el mundo de los negocios

Las barreras culturales y de comunicación pueden limitar el potencial de hacer negocios. Para mejorar su competitividad, las empresas mexicanas deben aprender estrategias que les permitan atraer, retener y desarrollar talento al interior de sus organizaciones. En un entorno globalizado, parte importante de la estrategia corporativa se enfoca en impulsar la competitividad en el plano internacional. Además existe una necesidad por expandir operaciones en mercados distintos al local.

Aquellas compañías que incursionan en diferentes países difícilmente encuentran aspectos culturales compartidos, como el idioma. En estos casos el punto de encuentro suele ser el inglés. Además, el inglés es una herramienta indispensable para el posicionamiento de las empresas en cadenas de producción y distribución a nivel global, lo cual requiere de esfuerzos por encontrar proveedores, clientes, aliados estratégicos y consumidores en otras latitudes.

De acuerdo con una encuesta realizada por The Economist Intelligence Unit (EIU, 2012) a más de 500 ejecutivos de empresas con presencia internacional, existe una demanda importante de personas que puedan desempeñar su trabajo en un entorno multilingüe.

Para la mitad de los encuestados, al menos uno de cada cinco empleados necesita hablar otro idioma y un cuarto reporta que la mayoría de su planta laboral debe dominar un segundo idioma. Sin embargo, las empresas valoran mucho más el inglés que otros idiomas. Más de dos terceras partes de los ejecutivos entrevistados por EIU mencionan que la fuerza laboral en sus compañías necesitará tener conocimientos de inglés para que la empresa pueda tener éxito en sus planes de expansión internacional.

El mandarín es considerado el segundo idioma más importante después del inglés, pero únicamente 8 % de los ejecutivos afirma que los trabajadores necesitan hablarlo de manera fluida.” (Continuará).

*Rector de la Universidad Tecnológica Bilingüe de Mineral de la Reforma (UTMiR-BIS)

DIARIO PLAZA JUÁREZ