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Promesas de Campaña, nueva serie mexicana

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  • Cuenta la historia de dos seres completamente distintos que tendrán que intercambiar papeles para seguir adelante con un proyecto 

Un gran parecido con la realidad política en América Latina, atemporalidad en la trama y un poco de esperanza es lo que la nueva serie de comedia mexicana “Promesas de campaña”, protagonizada por el actor español Rubén Zamora, ofrece a los espectadores, según explicaron a Efe sus actores.

“Estamos contando historias de las campañas políticas en Latinoamérica, todas tienen un mismo perfil: atraer gente para votar. Dentro de la ficción hay muchas cosas que pueden parecer realistas, pero todo dentro de la ficción”, explica Darío Ripoll, quien da vida a Rafael Vargas, el asesor de campaña de Gregorio Cuartas (Rubén Zamora).

Muy al estilo de “El príncipe y el mendigo” (1920) de Mark Twain, “Promesas de campaña” cuenta la historia de dos seres completamente distintos que tendrán que intercambiar papeles para seguir adelante con un proyecto político.

Gregorio Cuartas es un político frívolo que busca la elección presidencial. Todo va bien hasta que sufre un accidente y los integrantes del partido al que pertenece, FLAN (Frente Libertario de Acción Nacional) buscan la forma de conseguir un doble que lo suplante.

El indicado para ello es el taxista Leopoldo Chica, un padre soltero de clase baja con poca aptitud para hablar en público pero mucho corazón.

“Gregorio Cuartas es un animal político y Leopoldo Chica no, a este prácticamente le quitas lo político y le queda lo animal, pero es muy entrañable, es una persona con la que todos vamos a coincidir. Queremos que haya políticos como él, que se dejen de esa simbología, superficialidades y pretensiones y sean honestos”, explicó Zamora, quien da vida a ambos.

Zamora ya había interpretado antes a un político, eso le dio facilidad de darle vida y personalidad propia a Gregorio, pero confiesa que le “cae mal”, tal vez por eso no quiso decir los nombres de algunos en los que se inspiró.

En cambio, eso no le pasa con Leopoldo. A este personaje lo aprecia y lo considera muy bondadoso. Rubén confiesa que se inspiró un poco en su propia forma de ser, razón que hizo más complejo el proceso de construcción de personaje.

“A mí me costaba ser amable actuando, yo me considero una persona amable y ceder esta amabilidad es como un desnudo que me lo guardaba para mí. Varios personajes me fueron enseñando a ceder en ello y el examen final fue Leopoldo Chica porque le cedí mucho de mí”, explicó el actor.

“Chica es más yo, entonces si no gusta, si no es entrañable, va a ir dirigido a mí, y es como una pelea con el ego que trabajé en las primeras semanas”, compartió.