La orden del Presidente de EU, Donald Trump, de cerrar las fronteras del país a los refugiados produjo sus primeros resultados la noche del viernes. Los refugiados que volaban de camino a EU cuando se firmó la orden fueron detenidos en varios aeropuertos.

Las detenciones han provocado problemas legales, ya que los abogados que representan a dos refugiados iraquíes que han permanecido detenidos en el Aeropuerto Kennedy de Nueva York, presentaron ayer un recurso de habeas corpus pidiendo la liberación de sus clientes. Ambos cuentan al parecer con peticiones de asilo aprobadas.

La nueva medida ha creado un limbo jurídico a las personas que ya estaban de camino a EU cuando se firmó la orden. Aún no está claro cuántos refugiados se encuentran detenidos en todo el país, aunque según The New York Times se han recibido denuncias en varias organizaciones.

Uno de los detenidos en el aeropuerto Kennedy, Hameed Jhalid Darweesh, ha trabajado para el Gobierno estadounidense en Irak durante diez años. Tras pasar varias horas en la instalación, fue finalmente puesto en libertad, según ha anunciado el congresista Jerry Nadler, que se ha desplazado hasta el lugar junto a su compañera Nydia Velázquez. Según el legislador, otros “once refugiados continúan retenidos” en el aeropuerto.

Además de Darweesh, ha sido retenido otro iraquí, Sameer Abdulkhaleq Alshawi, de 33 años, que había obtenido un visado para reunirse con su familia en EU, donde su mujer vive como refugiada tras haber trabajado para el Gobierno del país.

Varias Asociaciones norteamericanas de Defensa de Derechos Civiles respondieron ayer a esta situación con una demanda, contra la orden firmada por Trump, ante el Tribunal Federal de Nueva York exigiendo también la puesta en libertad de los detenidos.