Lisboa.- Portugal vivió el viernes 29 de enero la primera huelga planteada contra el Gobierno de António Costa. Funcionarios, enfermeros y trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas no se dieron por satisfechos en las negociaciones de última hora y mantuvieron la convocatoria para reclamar desde ya la jornada de 35 horas, mientras que el Ejecutivo socialista ofrece instaurarla en octubre para que el coste no descabalgue el presupuesto 2016.

No se adhirieron profesores, guardas de prisiones, empleados judiciales y de transportes, aunque se registraron algunas alteraciones en estos sectores. La propuesta socialista resulta polémica debido a que, para colmo, no extiende esas 35 horas a todos los trabajadores. Por ejemplo, los enfermeros que dependen de la Administración pública sí las disfrutarían, mientras que otros con contrato individual permanecerán con 40 horas.

Presión de los socios de coalición

Si el paro, con seguimiento desigual, se ha materializado es porque los socios radicales del PS (comunistas, Bloco de Esquerda y ecologistas) han presionado a las centrales sindicales para celebrarlo. Una clara muestra de que los pactos que tanto parece envidiar el PSOE hacen aguas cuando al flanco izquierdista no le interesan las medidas de António Costa.