Primer viernes de marzo, realización de la misa negra

El hermano Juan: brujo, chamán y conservador del legado ancestral.

Tras esperar a que concluyera dos “trabajos”, que realizaba en su consultorio, por fin pudimos pasar y mirar frente a frente al “hermano Juan”, brujo y chamán de gran renombre en Catemaco, Veracruz. Entre olores a hierbas que se mezclan y recrean una fragancia muy peculiar, así como las veladoras, el juego de cartas españolas,  un centenar de fotografías pegadas en los cuatro muros, y otras figuras que están ahí, la silueta a media luz del hermano Juan nos dio la bienvenida…

La llegada

Tenía poco más de una hora que habíamos llegado a la ciudad de Catemaco, a pesar de ser muy temprano, el calor ya se dejaba sentir y sudábamos como panadero junto al horno, cuando Guillermo, un lanchero y guía de turistas se nos acercó y tras comentarle nuestra situación nos guió para conseguirnos hospedaje en un hotel, luego nos dijo que nos llevaría con el hermano Juan, para que pudiéramos platicar con él y saber sí podríamos ser partícipes del ritual que se realizaría en la noche, ritual conocido como Misa negra, en el que se agradece a la naturaleza todas las bondades que otorga durante el año.

El encuentro con el hermano Juan

A la llegada al consultorio del hermano Juan, el misticismo se hace presente mediante en cada uno de los elementos que se pueden notar: un busto maya, los tres monos que representan la sabiduría, el calendario maya, unas bolsas que cuelgan y que están amarradas con listones de colores, una sábila e infinidad de fotografías con personalidades, políticos, y diversos personajes que han acudido con él para recibir algún tipo de apoyo espiritual o bien para que se les realice algún trabajo.

Ojos serenos, oídos atentos

Tras cruzar una cortina y entrar en un cuarto donde el pentagrama en el piso resultaba ser el elemento principal de cuyo centro surgía una fuente  que remataba con la figura de un ángel, mientras en el fondo la figura de San Miguel Arcángel se levantaba victoriosa, como la espada que carga tras vencer al Diablo, la señorita que nos hizo entrar nos pasó a otro cuarto, uno más pequeño, con la oscuridad que genera la poca luz de unas velas  y el aire que por lo menos mitigaba el calor que se sentía horas antes del mediodía.

Ahí estaba el hermano Juan, quien atento comenzó a  escuchar el motivo de nuestra visita, con una mirada nos hacía notar que estaba atento, que escuchaba todo lo que decíamos para poder asistir a la ceremonia que se realizaría en la Ciudad de Catemaco a las 20 horas, y que seguramente se prolongaría hasta la medianoche, y tras escuchar comenzó a hablar.

Recorrido de magia blanca y misa negra

El hermano Juan nos explica que maneja cuatro tipos de magia: blanca, negra, verde y roja. Y aprovecha la ocasión para recordar que el primer viernes de marzo es una fecha muy especial para el misticismo, y para recordar lo importante que es rescatar el conocimiento ancestral, por lo que hace la invitación a que toda la gente interesada acuda  a este ritual de magia blanca que se realiza en una parte del malecón de Catemaco, Veracruz, y nos señala que al igual que para la magia blanca, el primer viernes de marzo es oportunidad para que los brujos hagan sus rituales de magia negra, entre estos, los sacrificios de animales como un chivo blanco o gallinas negras, con los que se logra abrir un portal de sanación, mismo que debe cerrarse al día posterior.

Preservación del conocimiento

“Aquí luchamos por ser mejores cada día, por qué el conocimiento se difunda, aquí estaremos con las puertas abiertas  y se les invita a todos los ciudadanos a estas ceremonias, a todos aquellos que son víctimas no sólo de salud física, sino de algún trabajo de brujería que no los deje en paz, hemos atendido casos de matrimonios que tiene todo para triunfar y fracasan, envidias laborales que hacen trabajos para truncar a la gente víctimas de altas líneas de la brujería”, dijo para posteriormente hacer una pausa.

“Hay muchos mitos e historias que existen como los pactos con satanás, las líneas de hablar con los muertos, y debo decirte que en Catemaco para todo hay. Nuestro pueblo está preparado para el visitante que quiera cualquier trabajo, y también para el brujo, el santero, curandero chamán que quieran visitarnos con gustos se les recibe ye están invitados a nuestro pueblo”, con estas palabras el hermano Juan confirmó su invitación para que Diario Plaza Juárez acudiera a estos rituales, ya demás pudiera documentar para todos nuestros lectores, el trabajo que hacen los brujos y chamanes de Catemaco Veracruz. (No se pierda la segunda parte de este trabajo especial).

Recorrido por el malecón y evento de magia blanca (PARTE 2)

De culebrero a ayudante

“Yo nací en familia de culebreros, gente que cura las mordeduras de las víboras, y las picaduras de los insectos, yo desde niño jugaba con los chaneques, sí existen, a veces los padres creen que sus hijos hablan solos, que están mal de la mente, pero muchas veces ellos están ante la presencia de seres que los adultos no pueden ver ni oír”, dijo tras hacer una pausa, como si su recuerdo se fuera entre hierbas y aguas preparadas para la hechicería, hasta lo más profundo de su memoria.

Entonces, el hermano Juan retoma la palabra “luego doña Narcisa López, que en paz descanse, a pesar de ser hombre, me permitió ser ayudante de las parteras, ahí les ayudaba a las señoras que preparaban el té de ruda, manzanilla, entre otros”, nos explicó y agregó que hay gente que nace con el don y otros que aprenden; sin embargo, dejó en claro que los que aprenden tienen menos energía al realizar los trabajos.

“Conforme pasó el tiempo, fui aprendiendo, me fui acomodando, pisé de templo en templo, cuando no podía estar con ellos. Me dedicaba a guiar el turismo, tengo un recorrido de 25 años en la rama de curación, herbolaria”, agregó.

Finalmente, nos explicó que el brujo trabaja con magia negra, con invocaciones al señor oscuro, mientras que el chamán es la persona encargada de curar y va más allá de un curandero, porque el chamán conoce los padecimientos mientras que el curandero debe preguntar síntomas para saber la enfermedad de la gente.

La limpia

Tras esta charla de alrededor de 40 minutos, don Juan reiteró su invitación para la ceremonia que se realizaría en la noche, no sin antes encender la luz, y mostrar lo que sería una capilla barroca del esoterismo, con la Santa Muerte, budas, dragones, imágenes católicas y un sinfín de fotografías y amuletos que colgaban de las paredes, en donde parecía que no había un espacio más para otro símbolo.

Y, tras agarrar un manojo de hierbas, nos realizó una limpia para llegar “preparados” a la ceremonia de magia blanca que se realizaría en el malecón del lago de Catemaco, a las 20 horas, y en donde a la medianoche, los principales brujos y chamanes, abrirían un portal energético para comenzar la renovación de energía y el inicio de ciclo.

Larga cadena de brujos y chamanes

Por otra parte, el hermano Juan, también nos contó parte de la historia de la tradición en Catemaco, en donde aseguró que el chamanismo es un legado de las culturas prehispánicas que se asentaron en la región y que compartieron conocimiento con otras, mientras que en el tema de la brujería, expuso que la primera misa negra la realizó Manuel Lutrera en 1965 y 10 años más tarde su fama es reconocida en toda la región, con el que se destapó toda una línea de brujos entre los que estaban: Mundo y Julián Guespa, Gonzalo Aguirre, entre otros.

La Plaza del Caracol

Alrededor de las 20 horas el movimiento comenzó en la Plaza del Caracol, en donde con música de tipo prehispánico, y el sonido de la caracola los asistentes anunciaban el evento, un evento de magia blanca al cual todos están invitados, y al que se dieron cita algunos de los principales: brujos, hechiceros, chamanes, curanderos, culebreros y místicos de la región, a la par en otros puntos de la Sierra de los Tuxtlas, según dijeron había ceremonias similares.

Ahí llegaron las doncellas que acompañan a los trabajadores de la magia y la curación, y tras una hora de espera y de música, la procesión se fue acomodando, encabezada por cuatro hombres que cargaban un nicho con la representación de la Madre Tierra y con las ofrendas que se otorgan a ella, seguida por los líderes de la magia y la curación en la región y al final, la gente que conforme avanzaba en alrededor de 2 kilómetros  y medio que conforman el malecón, en tanto las doncellas con antorchas en mano, viajaban sobre el lago, dando así cobertura con su magia en tierra, y agua.

Tras una hora de camino, llegamos al lugar indicado, ahí donde acaba el malecón y donde las antorchas señalaban que se realizaría la gran ceremonia de magia blanca, ahí el impresionante escenario de arena, veladoras, fuego, incienso y demás, fue testigo junto con la gente que se encontraba en el lugar de la apertura del portal, en el que los trabajadores del misticismos y magia, pidieron respeto a las creencias, a los ritos y sobre todo pidieron por la paz mundial, la curación de la tierra y agradecieron a su vez todo lo que provee la naturaleza.

Con ayuda de todos los brujos, chamanes, herbolarios y demás, “Doña Rosa” como es conocida en  la región, y una de las pocas mujeres que tienen un cargo de este tipo, encabezó el ritual para consagrar una infusión que hervía dentro de una olla. Ahí, en ese rito de consagración, echaron milpas con todo y elotes, y luego invitaron a la población a beber del agua curativa, un té de sabor muy amargo, pero que la gente se llevaba con mucha fe en vasos, botellas y recipientes improvisados.

Finalmente, nos invitaron para la realización de la “misa negra” , que se realizaría este viernes alrededor de las 11 horas, lo anterior referente al equilibrio de la naturaleza, ya que algunos señalaron que como hay luz hay oscuridad y como hay buenos hay malos, “todo es un equilibrio”. (No se pierda la tercera parte de este trabajo especial).

 

  Misa negra, ritos con raíz prehispánica y sin sacrificios (PARTE 3)

A diferencia de la madrugada del jueves, en la que los brujos, chamanes, esotéricos, guías espirituales, herbolarios, culebreros y demás trabajadores del misticismo vestían ropa blanca, hoy visten túnicas negras, algunos con el pentagrama en la espalda y todos con un bastón de poder, un báculo que representa no sólo el poder, sino el compromiso que todos tienen para trabajar la energía del universo.

Los bastones son diferentes, hay algunos que en las puntas tienen cráneos de algún animal, o que están cubiertos por la piel de una serpiente, hay otro que extiende la piel de un coyote, y otros más con listones, símbolos, e incluso figuras talladas en madera, no puede faltar el jaguar, representatividad emanada de la cultura olmeca.

Hoy no se carga con una ofrenda, eso fue la noche del jueves previo a la entrada de la madrugada del viernes, cuando la gente de poder, abrió el portal de energía para dar sanación de cuerpo y alma a los asistentes y pedir por la renovación del espíritu, “como el cambio de piel de la serpiente”.

El punto de partida no es la Plaza del Caracol, sino la placita donde está “el pescador”, monumento que representa al hombre al que se le apareció la Virgen del Carmen y cuyo nombre era Juan Catemaxca, de cuyo apellido viene el nombre del poblado según algunos lancheros, aunque para otros como el grupo de brujos y chamanes, Catemaco significa “casas quemadas”.

La procesión

Esta noche pareciera que se quema mucho más copal que otras ocasiones, el humo rodea como serpiente a los asistentes, y mientras un grupo de doncellas van al frente abriendo el camino con los “popochcomitl” (sahumadors) los brujos y chamanes avanzan seguidos de músicos que interpretan cantos que hacen referencia a la tradición prehispánica y que se ocupan para ceremonias de esta índole, cantos que hablan del vuelo del águila y los temascales, por ejemplo.

Nuevamente, al llegar a la punta del malecón, tras un camino iluminado por antorchas, los brujos piden permiso para entrar, se escucha el sonido de la caracola y entran al centro ceremonial, donde la gente los espera. Los símbolos se van descubriendo, los asistentes escuchan y participan del saludo a los cuatro vientos, a los cuatro rumbos del universo, para terminar con la frase “ni can ca” (qué sí sea).

Raíces

Ahí se habla un poco más de la ceremonia, la llamada misa negra, que muchos confundirían con una ceremonia para la invocación del Diablo que nombra el catolicismo; se desvanece del imaginario, se ve una estrella de cinco picos en cuyas figuras geométricas se esconde un misticismo y un conocimiento que pocos pueden entender, sin embargo, la gente creyente y curiosa está ahí. Y se hace uso de la palabra, para evocar conocimiento ancestral, para contar la sabiduría de los pueblos originarios, el amor y la gratitud que siempre le tuvieron a la tierra.

A la proveedora, la que da vida, surge el nombre de “Coatlicue”, y pareciera que con esta deidad prehispánica que representa a la Madre Tierra, se dará continuidad a los mensajes de renovación, de dejar ir aquellas penas que contaminan el alma, que envejecen al espíritu, que llenan de rencor y envidia a la gente y las condenan a morir en amargura.

Limpias

Una limpia en Catemaco cuesta entre 200 y mil pesos aproximadamente, sin embargo, durante la ceremonia se realizan algunas completamente gratis, y esta ocasión los más interesados en estas fueron personas que acudieron desde el extranjero para presenciar esta ceremonia de cierre de portal en el marco del primer viernes de marzo. Visitantes de: Colombia, Cuba, Estados Unidos, e incluso algunos que no pasaron pero que venían de países orientales como Japón y China, y entre estos un hombre de 84 años de edad, procedente de Santiago Tuxtla, muestra su emoción y admiración por este evento, ya que, a pesar de vivir en la región, nunca lo había presenciado.

No hubo sacrificios

Acabadas las limpias se dio continuidad a la misa negra. Alrededor del centro ceremonial, fueron instaladas las chozas en las que los chamanes, brujos, curanderos y herbolarios, hicieron trabajos para los asistentes. Ahí sobresalió una que tenía al frente la imagen de Satanás, el brujo conocido como “El Padrino”, trabajador de la magia negra, atendía ahí, y fue esa imagen la que se utilizó para la ceremonia que en este punto sincretizaba una creencia prehispánica basada en el conocimiento olmeca con la oscuridad que existe dentro del catolicismo, esa oscuridad representada por “el malo”, “el diablo”, “el ángel caído”.

Sin embargo, a diferencia de otros años, y de acuerdo con los pobladores, el rito no tuvo esa experiencia sangrienta del sacrificio de animales, no hubo un chivo que se desangrara en presencia de los asistentes ni hubo brindis con la sangre de este y a pesar de que en el escenario de pronto fue subida una gallina negra, no se derramó su sangre. Según explicaron algunos brujos y chamanes como el hermano Juan, que esta práctica fue prohibida por las autoridades, al menos en ritos públicos.

Quemar las cargas emocionales

Tras el cierre del portal, invitaron a todos los asistentes para que pasaran y arrojaran al fuego esas cargas emocionales que se cargan desde años, que arrojaran sus problemas e incluso quemaran objetos de los cuales se quisieran deshacer al momento como símbolo de renovación, y así lo hicieron algunos.

Ofrendas

Finalmente se invitó a la gente a tomar algún producto de la gran ofrenda colocada sobre el centro ceremonial, y la población aprovechó para comer y compartir de esta, para llevarse alguna veladora e incluso para tomar un poco de la infusión de sanación preparada durante estos dos días de ritos que al igual que en Catemaco, se realizan en otros municipios de la Sierra de los Tuxtlas, en Santiago y San Andrés, por ejemplo.

De esta forma concluyó nuestro viaje, en el mítico, místico y mágico municipio de Catemaco, donde los taxis no cuestan más de 20 pesos, en dónde los jóvenes borrachos orinan el lago desde el malecón, en donde se puede caminar tranquilamente por la madrugada porque “hasta los delincuentes saben que ahí hay brujos que se los pueden chingar”.

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