Primer informe, el reto de nunca perder la capacidad de escuchar

Primer informe, el reto de nunca perder la capacidad de escuchar

RETRATOS HABLADOS

Será un camino largo, larguísimo, el que ha decidido recorrer el gobernador, Julio Menchaca Salazar, porque ser, hacerse parte de un pueblo, ante todo implica tiempo, paciencia, la serenidad invocada por el único superhéroe mexicano (Kalimán), para estar al lado de cada ciudadano que se cruce en su camino; primero para escucharlo, después buscar las posibilidades de la solución, porque no hay, en los tiempos de poder, quien se acerque sin una solicitud, una queja, una urgencia que siempre será única, que lo es, al representar para el que se acerca, la última y definitiva alternativa, una vez recorridas todas las demás.

Ese será el estilo personal de gobernar que dejó en claro durante su Primer Informe de Gobierno, que tiene como ancla fundamental, estar al lado de quienes le confiaron su futuro, su presente también.

Por eso resulta agotador, porque escuchar un murmullo que crece y estalla en el cielo, debe llevar en sí mismo la capacidad de escuchar en lo singular, distinguir los matices de la angustia que vive un pueblo como el de Hidalgo, siempre invocado, siempre enaltecido como estandarte de victoria, y luego olvidado, fatalmente olvidado.

Así que el reto es mayúsculo.

Al que acude para verlo, para decirle que es grato saber que se preocupa por el individuo que al final hace multitud; es vital la razón que lo ha llevado por los rumbos, rutas le llaman, donde va el primer mandatario, y cruzarse en su camino, y decirle que ha tocado todas las puertas, y que la definitiva es con él, solo con él, porque no habrá ninguna otra, porque sería un absurdo buscar otra.

Así que el Primer Informe fue ante todo, la constancia de que hay un buen camino para que no deje de escuchar con atención a cada uno, no a la multitud echa porras, no a los coros que practicaron una y otra vez la consigna, sí en cambio al que en la Sierra, en la Huasteca, solo o acompañado por su esposa o su hija, le dijo que le confiaba su presente, su futuro, cuando se acercó y le puso atención, le tomó la mano y le dijo que iba en serio, que ser gobernador es el cargo más importante al que haya aspirado, y que además es un compromiso con él mismo, con su vida, con las noches en que estudiaba derecho y concluyó eso, que en la vida hay que ser derecho.

No fue gratuito por eso, que haya levantado la voz para afirmar, asegurar, que nada ni nadie detiene la transformación en la entidad hidalguense, y supo, seguro supo, que en ese justo instante hacía un compromiso no con los invitados o los representantes que hasta se confundieron de Estado en su discurso, no con los que hicieron multitud, sí con los que, uno por uno, lo vieron en su primer recorrido por todo el territorio, y le dijeron que estaba bien, que valía la pena apostar por recomponer el camino.

Faltan cinco años, es decir falta mucho, en un camino que apenas empieza a recorrerse, en una historia que lleva un capítulo, incluido el prólogo y la presentación, también las dedicatorias y agradecimientos.

Viene la constancia, la absoluta constancia, para nunca dejar de oír al que se le acerca, diciéndole que, en su vida personal, en su mundo que no es de muchos, sino de su familia, las cosas se han complicado, pero que saberse escuchado es un bálsamo para una herida que crece y crece.

Sea pues que, en esa constancia, se mantenga la voluntad de ir al lugar de los hechos, tener paciencia para indagar en lo profundo del mar de historias reales que seguro ya sabe en sus primeras partes, pero que es amplia, amplísima, en un camino que ayer, apenas empezó.

Sea pues la voluntad, la certeza de que es la obra fundamental de su vida, del mandatario, conservar la capacidad del asombro, de la sensibilidad para nunca dejar de escuchar, escuchar y escuchar, porque eso es el principio de todo.

Mil gracias, hasta mañana.

Mi Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

X: @JavierEPeralta

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