Atribuyen agresión al presidente Bashar el Asad y Rusia
La oposición pide al Consejo de Seguridad de la ONU que abra una investigación de forma inmediata
Entrando en el séptimo año, la guerra en Siria se ha cobrado más de 312.000 vidas (un tercio civiles) y desplazado de sus casas a la mitad de los 23 millones de sirios. Marzo marca un trágico balance con 576 civiles muertos bajo las bombas, cuya responsabilidad recae según el OSDH por primera vez a partes iguales entre la coalición internacional y las aviaciones siria y rusa
Al menos 58 personas, entre ellas 11 menores, murieron ayer en Siria tras un ataque aéreo con gas tóxico informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). El Observatorio, con sede en Londres, pero con una amplia red de informantes sobre el terreno, ha atribuido el bombardeo sobre la localidad de Jan Sheijoun, en la provincia de Idlib y bajo control de fuerzas rebeldes, a aviones del Gobierno de Bashar el Asad y Rusia.
“Hay más de 400 afectados por el gas tóxico con problemas respiratorios y vómitos”, aseguró en Whatsapp Abu Alaa, conductor de ambulancias encargado de la evacuación de heridos. “Existen varias clínicas en Idlib, pero los casos más graves han de ser trasladados al hospital instalado cerca del paso Bab el Hawa, en la frontera con Turquía”. Aquellos que no puedan ser tratados allí serán evacuados a hospitales turcos por este mismo paso.
El ataque se produce pocos días después de otro similar denunciado por Médicos Sin Fronteras en la provincia de Hama, que dejó al menos 50 heridos sin que se determinara el tipo de agente tóxico al que fueron expuestos.
Naciones Unidas ha acusado a todas las partes en conflicto de usar agentes tóxicos en la guerra, cuyas víctimas son mayoritariamente civiles. La oposición siria ha pedido este martes al Consejo de Seguridad de la ONU que abra una investigación inmediata sobre el ataque. Por su parte, el Gobierno de Damasco ha negado repetidamente el uso de armas químicas, aduciendo que se las entregó a la comunidad internacional por virtud del acuerdo suscrito con Rusia y EU para su destrucción controlada.