Presidentes piratas

Conciencia Ciudadana
Los Estados Unidos fue hasta hace poco el principal promotor del libre comercio del mundo; obligando a todas las naciones a aceptar sus reglas del juego

Trump sostiene, y con razón, que el libre comercio ha quitado empleos a numerosos trabajadores norteamericanos y reducido sus salarios afectando su nivel de vida.  Esa razón le es suficiente para atacar el libre comercio que su país promovió y encabezó durante más de 30 años.
Hay algo que no entendemos de esa actitud del presidente norteamericano: ¿Por qué si él y la mayor parte de sus colaboradores se han beneficiado con la apertura de los mercados extranjeros durante años  de repente les da por ser sus enemigos con el pretexto de que los trabajadores norteamericanos han perdido sus empleos y viven peor que antes? ¿Será que ya se preocupan por ellos más que por sus inversiones? Eso no lo puede creer ni un niño; menos ellos, tiburones de los negocios, dedicados a devorar cuanto se ponga enfrente sin importar los daños que causen.
Hasta ahora, esta Conciencia Ciudadana no ha podido encontrar alguien que se lo explique, tal vez porque los economistas no tienen respuestas muy claras.
 Los Estados Unidos fue hasta hace poco el principal promotor del libre comercio del mundo; obligando a todas las naciones a aceptar sus reglas del juego.  Esto creó un intercambio comercial nunca antes visto en la historia, provocando el crecimiento de los intercambios comerciales y el surgimiento de clases medias y élites empresariales en todo el mundo. Pero no hay negocio que dure para siempre, y  el  libre comercio comenzó a mostrar sus defectos muy pronto ; pues  en vez de  sacar de la dependencia a los pobres,  las ganancias  terminaron por  retornar  a los ricos sumiendo a los primeros en  problemas que  creían ya superados .
Desde 2009, el sistema económico mundial cayó en una crisis económica   de la que no ha podido recuperarse. Los gobiernos neoliberales de todo el mundo, incluyendo el de México, intentaron salir adelante dando toda clase de facilidades y prebendas a los inversionistas nacionales y extranjeros, como si con eso pudieran resolver los problemas que ellos mismos causaron. En EU sucede lo mismo, porque las empresas trasnacionales no dejan de ganar tanto afuera como adentro. Sin embargo, esa situación presenta un dilema para los gobernantes gringos, porque si los norteamericanos siguen perdiendo empleos se corre el peligro de que Estados Unidos pierda el liderazgo mundial en pocos años, tal vez frente a China.
Pero de lo que pocos se fijan es que en Estados Unidos y en el mundo entero está naciendo otra clase de burguesía, a la que le tiene sin cuidado los países de los cuales se enriquece. Ellos están formando una red de poder mundial cada vez más poderosa que establece alianzas con toda clase de negociantes sean amigos o enemigos de sus países de origen; tengan antecedentes delictivos o se dediquen a negocios sucios.  Tan poderosos son que ya han tomado en sus manos gobiernos de varias naciones. Así sucedió en Italia con Silvio Berlusconi, un magnate de la televisión que llegó a ser presidente de su país sin dejar sus lucrativos negocios, debiendo renunciar por sus escándalos de corrupción.  En América Latina tenemos el ejemplo de Color de Mello en Brasil, también empresario y también destituido por corrupto. Y qué decir del actual presidente argentino Mauricio Macri, empresario como aquellos, derechista como ellos y corrupto igual que ellos quien, por lo que se ve, correrá la misma suerte que ellos, aunque mientras tanto se lleve por delante a todos los argentinos.
De esa calaña es Trump y sus contlapaches  con los que gobierna, quienes  han desplazado a la burguesía “civilizada” (globalizada) en el gobierno de los Estados Unidos, buscando  la fórmula para seguir  sacando ventaja del comercio y de la explotación de  la mano de obra mundiales y, por otro lado, construir una burbuja de privilegiados y nacionalistas furibundos para sostenerse como el país más poderoso del mundo.
Trump se las pinta solas para hacer negocios chuecos en lugares como Rusia o México, donde tiene socios y amigos importantes en los negocios y el gobierno. Y es por eso que se conduce con un doble discurso frente a ambos: por un lado parece ser su enemigo, pero por otro cultiva relaciones cercanas con ellos y mantiene inversiones personales en ambos países.  Un día sabremos cuales son los acuerdos que se trae con quienes ahora gobiernan aquí, pero por lo que comenzamos a saber de su pasado y su forma de operar no parece augurar que sea nada bueno para México. 
En fin, que Trump no está solo, tiene gente como él que le apoyan mientras fingen enfrentársele.  Trump es parte de una mafia internacional que ha tomado el poder desde hace tiempo aunque ahora se ha desenmascarado completamente.  Sin embargo, queremos creer  que el engaño con que llegó al poder permitiéndole hacer de las suyas quedará tarde o temprano al descubierto  por  la sociedad de su país,  y correrá la misma suerte que Berlusconi  o Collor de Melo; eso, claro está , si entonces no es demasiado tarde para hacerlo.  Eso es todo por hoy, y gracias por su atención.

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