Se rompe el equilibrio geopolítico vigente en décadas
● “Dependeré de vosotros por mucho tiempo”, ha dicho Duterte en su visita oficial a Pekín
Ayer, en su reunión bilateral por todo lo alto también en el Gran Palacio del Pueblo, el presidente chino, Xi Jinping, se deshizo en declaraciones de amistad. La visita de Duterte, expresó, es un “hito significativo” para los lazos entre los dos países. “Espero que podamos… usar esta visita como una oportunidad para llevar de nuevo a las relaciones China-Filipinas por la senda de la amistad y mejorar las cosas”.
De manera espectacular, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, rodeado de símbolos comunistas y de toda la pompa diplomática china, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, anunció ayer lo que puede significar una de las alteraciones más drásticas del equilibrio geopolítico en años: el divorcio de su país de EU, su aliado más importante durante décadas y su principal valedor en la disputa territorial que mantienen Pekín y Manila en el mar del sur de China
“En este evento anuncio mi separación de EU, económica pero también militar”, declaró Duterte en un discurso ante un foro empresarial presidido por el viceprimer ministro chino Zhang Gaoli, y entre los aplausos del público. “Me he separado de ellos, así que dependeré de ustedes durante largo tiempo. Pero no se preocupen: al igual que ustedes nos ayudarán, nosotros les ayudaremos”.
Desde su llegada al poder, hace tres meses, el presidente filipino no ha cesado en sus amenazas e invectivas contra EU, al tiempo que multiplica sus gestos de acercamiento a Pekín.
Ofendido por las críticas de Washington a su polémica guerra contra las drogas, desde septiembre había anunciado el fin de las maniobras militares conjuntas y apuntado la posibilidad de cancelar algunos pactos de colaboración defensiva. “Ha llegado el momento de decir adiós”, declaró el miércoles en una reunión con empresarios filipinos.