Presentan libro del Acueducto del Padre Tembleque

Presentado en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, la obra titulada En busca de agua para no morir de sed. Fray Francisco de Tembleque y la construcción del acueducto de Otumba y Zempoala

Como un importante trabajo de paleografía que rescata las voces de autoridades virreinales y de 25 testigos, entre indios y españoles, que dan testimonio de la materialización de un proyecto insólito para llevar agua a comunidades absolutamente carentes de ella: el Acueducto del Padre Tembleque, calificó Diego Prieto, secretario técnico y encargado de la Dirección General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a un libro de reciente publicación dedicado este bien cultural, declarado por la UNESCO como Patrimonio Mundial, el 5 de julio de 2015.

Presentado en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, la obra titulada En busca de agua para no morir de sed. Fray Francisco de Tembleque y la construcción del acueducto de Otumba y Zempoala, de la historiadora María Castañeda de la Paz, toma como base un manuscrito de 1558 hallado en Sevilla, España. “Esta publicación resulta entrañable para el instituto porque incorpora muchos de los temas que ha trabajado desde su creación en 1939”, indicó el antropólogo.

“El INAH se constituye como una entidad del gobierno federal responsable de custodiar y difundir el patrimonio cultural de la nación; entre sus numerosos quehaceres está integrar los expedientes técnicos sobre los bienes culturales susceptibles de presentarse ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para ser incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial”.

Esta obra hidráulica, construida en el siglo XVI y que se localiza entre los estados de México e Hidalgo, “da testimonio del ingenio creativo humano, de esa determinación para producir cambios en el entorno y por supuesto del conocimiento que tenía fray Francisco de Tembleque, que acredita muy bien la autora en su libro”.

La publicación basada en el legajo escrito en 1558 por el juez Alonso de Bazán, a petición del rey Carlos V, constituye una vertiente fundamental en la investigación de María Castañeda, destacó Prieto Hernández

La obra se proyectó originalmente a tres años. Para ello, el rey otorgó una cédula real al pueblo de Otumba que lo liberaba del tributo (alrededor de 3,000 pesos) por dicho tiempo. La edificación sería el pago, pero después el monarca recibió una petición para prolongar la exención a diez años.

Extrañado, Carlos V comisionó al juez Alonso de Bazán a informarse de la gestión de los recursos, las características del acueducto y las necesidades del vital líquido que aquejaban a Otumba y a las comunidades congregadas alrededor del Convento de Todos los Santos Zempoala, caso de la propia Zempoala, Zacuala y Tlaquilpan.

En su libro, la historiadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, desmiente que Francisco Tembleque  desconociera cómo hacer un acueducto, pues fue un hombre versado en arquitectura e ingeniería, mientras que Juan de Zarza de Agüero fungió como agrimensor, especialista en medir la superficie y levantar los planos correspondientes.

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