Preocupación por el crecimiento en los organismos internacionales

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha señalado que el crecimiento de las economías, la de México entre ellas, muestra una evolución divergente

El BID ha dicho que las economías de Brasil, Venezuela y Argentina han incidido en que la región haya tenido números rojos en estos dos últimos años, y espera una recuperación muy lenta en los próximos años, la cual podría llegar incluso hasta el 2020, según José Juan Ruiz.

 

El mundo no parece marchar como desearía el gobierno federal. La Organización Mundial de Comercio (OMC) afirmó la semana pasada que el comercio mundial crecerá sólo en 2.8% en 2016 y en 3.6% hasta 2017; después que en septiembre pasado proyectara un crecimiento de 3.9% para este año. Pero no sólo la OMC y Fondo Monetario Internacional (FMI), quien la semana pasada estimó que el crecimiento global es demasiado lento y frágil, están preocupados; también lo está la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), quien acaba de ajustar sus expectativas de crecimiento para México de diciembre pasado, de 2.6%,  a sólo 2.3%; al señalar su temor por una contracción del crecimiento en la región de -0.6%.

 

Pero no sólo eso, también la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha señalado que el crecimiento de las economías, la de México entre ellas, muestra una evolución divergente. Los indicadores adelantados de la OCDE publicados ayer lunes, muestran que las señales de estabilización parecen ver la luz en China, pero que el estado de la economía sigue preocupando a los inversionistas y economistas. Pese a ello, la OCDE afirma que hay señales de estabilización en China, India, Indonesia, Japón y Corea; mientras que en países como Francia, Canadá, Alemania e Italia, también se perciben esos signos, aunque con algunos riesgos latentes en éstos dos últimos países.

 

Pero si no fuera suficiente el pesimismo que se palpa en los organismo internacionales y regionales, José Juan Ruiz, economista en jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), acaba de señalar que América Latina y el Caribe están luchando para salir de la recesión. Por lo que, después de pasar varios años dándole vueltas las pérdidas causadas por la caída de los precios de las materias primas, la incertidumbre relacionada con el aterrizaje de la economía china y la recuperación incierta de los Estados Unidos, los líderes de América Latina y el Caribe ahora tienen que convencerse de la importancia de apretarse el cinturón, a fin de reducir al mínimo el impacto sobre la producción y las condiciones de vida de la población.

 

En el caso de México los recortes al gasto neto pagado en 7.5% del Producto Interno Bruto (PIB), del mes de febrero, y el recorte al gasto publico de 175 mil millones de pesos, hablan de este ajuste. Aunque seguramente, si se agravan las condiciones de la economía mundial, seguramente veremos aún más recortes al gasto durante el año.

 

En su reunión de este fin de semana en las Bahamas, el BID pretende alertar a los gobiernos sobre las políticas anticíclicas seguidas, las cuales inciden en el aumento del gasto público para luchar contra la desaceleración de la economía, algo que en México ha tenido poco éxito por los recortes a los proyectos ferroviarios anunciados al inicio del sexenio del presidente Peña Nieto; al igual que en países como Brasil, donde la recesión parece agravarse aún más con la crisis política.

 

El BID ha dicho que las economías de Brasil, Venezuela y Argentina han incidido en que la región haya tenido números rojos en estos dos últimos años, y espera una recuperación muy lenta en los próximos años, la cual podría llegar incluso hasta el 2020, según José Juan Ruiz.

 

El Banco Mundial ha afirmado que el crecimiento en América Latina y el Caribe ha disminuido por quinto año consecutivo y espera una caída de PIB en alrededor del 0.3%, con contrastes en países como México y América Central, si los beneficios de la recuperación de los Estados Unidos llegan a ellos.

 

Según el BID, la inversión y los ahorros han caído en la región desde el comienzos de la década actual, mientras que la carga de la deuda se ha ido incrementando gradualmente; por lo cual ha recomendado prudencia presupuestaria. De aquí los recortes al gasto en México y los ajustes a la política monetaria, dentro de la defensa de la paridad del peso de 16.40 pesos por dólar pactada en el presupuesto 2016.

 

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