ENTRE LÍNEAS
En esta semana que transcurre las mujeres estuvimos de “manteles largos”, algunas, por la celebración del día de la juzgadora mexicana (7 de marzo), del día internacional de la juzgadora (10 de marzo) y TODAS por el día internacional de la mujer (8 de marzo).
Por ello se realizaron una serie de eventos (conferencias, cursos, talleres, pláticas, marchas…) para conmemorar la existencia, “supervivencia” y progreso, de este género, porque indudablemente, una mujer nunca se rinde y siempre lucha.
Incansable y fuerte, ya ha comenzado la guerra contra la inequidad social, la violencia sexual, familiar, política y feminicida, y ahora es turno de luchar por la justicia climática.
Y es que la ONU MUJERES (que es la organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres) ha lanzado la invitación de unirse al lema: “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”.
Lo anterior, implica que la igualdad de género y un futuro sostenible y equitativo, solo será posible si se enfoca al combate del “gen predador” de la raza humana contra el planeta tierra, a través del impulso de las energías verdes y la sostenibilidad (que es el desarrollo mediante el que se satisfacen nuestras necesidades humanas sin comprometer los recursos naturales de las generaciones futuras, garantizando el equilibrio entre: 1) el crecimiento económico, 2) el cuidado del medio ambiente, y 3) el bienestar social –también conocido como desarrollo sostenible, desarrollo sustentable o desarrollo perdurable-.
Por ello, en 2021, se llevó a cabo la Coalición para la Acción entre París, ONU Mujeres y México, para el “Foro Generación Igualdad”, que incluye un “Plan de Acción” de 5 años (que culminará en 2026), en el que se pretende cumplir la Plataforma de Acción de Beijing y lograr un desarrollo sostenible, en el que están involucrados, no solo la Coalición sino los gobiernos, sociedad civil, sector privado, emprendedores, sindicatos, artistas, académicos e influyentes sociales.
En ese sentido, resulta interesante –y altamente recomendable- la serie promovida por el actor estadounidense Zac Efron, lanzada por Netflix, en la que se muestra como en varios lugares del mundo tales como Islandia, París, Costa Rica, Lima, Iquitos, Cerdeña, Puerto Rico y Londres, se está apostando por el cuidado sostenible de los recursos naturales para proveer otras energías.
¿Y por qué las mujeres? Ya que en un estudio del año 2019, se concluyó que la intervención de las mujeres en posiciones de liderazgo político y económico, impulsan políticas estrictas sobre el cambio climático, y por ende, la reducción en las emisiones de dióxido de carbono, además favorecen la conservación y distribución de los recursos.
Por lo que se propone: Empoderar a las pequeñas agricultoras, invertir en el trabajo de cuidados, apoyar el liderazgo de las mujeres, financiar las asociaciones de mujeres y proteger la salud de las mujeres.
Así, se da inicio a una “nueva” lucha de la mujer por el planeta, ya que los desastres naturales envían, cada vez con más frecuencia, el mensaje urgente de que hay que cambiar el rumbo por el bien de la humanidad -no solo de las mujeres- lo cual nos devela otra realidad: “los derechos de los pueblos indígenas forman parte de la justicia climática”.De ahí que, a la luz del sol y como diría la cantante mexicana Lupita D’Alessio “hoy voy a cambiar” –el mundo- porque soy mujer.
