Por unos tragos

Por unos tragos

RELATOS DE VIDA

Se convirtieron en mejores amigos desde muy pequeños, justo en la primaria, cuando Rodrigo se metió a defender a Edgar de un ataque de los estudiantes más grandes, que disfrutaban de molestarlo diariamente.

Previo al suceso, solo hablaban para darse los buenos días o para los saludos básicos, eran vecinos pero sus actividades eran completamente distintas, por eso no tenían tiempo para establecer una buena amistad, hasta el día de la pelea en donde todo cambió.

Llegaban y regresaban juntos a sus respectivos hogares, salían juntos cuando el tiempo se los permitía, y hablaban constantemente por teléfono para apoyarse en las tareas o trabajos escolares.

Prácticamente la mayor parte del día estaban juntos, se volvieron muy cercanos, platicaban de sus alegrías y fracasos amorosos, de planes a futuro, sus estudios, sus metas, sus sueños.

El tiempo pasaba y ellos se mantenían juntos, incluso aunque las carreras profesionales eran distintas, compartían la misma escuela, lo que ayudó para que siguieran con gran parte de la rutina.

Los años pasaron y su amistad se fortalecía, culminaron sus estudios universitarios y coincidieron en salir de viaje para festejar el logro mutuo, tomaron varios tragos y de repente todo cambió.

Los sentimientos que cada quien decidió enterrar para no perder su amistad finalmente salieron, confesaron que las relaciones anteriores no prosperaban porque no era la persona con la que en verdad querían estar.

Se unieron en un fuerte abrazo, se miraron a los ojos y lo inevitable por fin sucedió, dejaron salir sus emociones frustradas en un beso acalorado y apasionado, seguido de otro abrazo y una sonrisa.

Al siguiente día y al verse acostados en la cama, revivieron lo pasado por la noche para confirmar que esa amistad de años siempre fue amor, y ahora que finalmente se habían sincerado, lo fortalecerían con una relación estable.

De regreso a sus casas, el primer paso fue confesar su amor a sus padres y después buscar un lugar que se convertiría en su hogar; después las cosas simplemente fluyeron y se acomodaron.

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