- La pandemia en la primera potencia mundial ha navegado en aguas agitadas por la política y escenarios complejos
(EFE).- Con más de cuatro millones de casos, el coronavirus parece no dar tregua a EU, que desde hace varias semanas encabeza las estadísticas globales de contagios, aunque ha logrado mantener a raya los decesos.
La pandemia en la primera potencia mundial ha navegado en aguas agitadas por la política, las protestas raciales y un vasto despliegue de fondos para contener los efectos económicos de la enfermedad.
POLÍTICA vs PANDEMIA
Estados Unidos vive un año electoral y la política parece un asunto ineludible.
Para el estratega demócrata Federico de Jesús, el problema de fondo no es que este sea un año de comicios sino “que Estados Unidos tiene un presidente que no entiende o no quiere entender que lo electoral y la cuestión de salud pública no deberían de tener absolutamente nada que ver lo uno con lo otro”.
MÁSCARAS, ENTRE EL SÍ Y EL NO DE TRUMP
El uso de la mascarilla se transformó en la manzana de la discordia cuando Trump y su vicepresidente, Mike Pence, se negaron a llevar esta prenda en público pese a los reclamos de la oposición.
La orden de cubrirse el rostro fue adoptada en distintas zonas del país, pero no fue hasta hace unos días que Trump accedió a llevar una.
“Algunos parecen atribuirle poderes mágicos a las máscaras, mientras otros las ven como una insignia de servilismo. No es ninguna de las dos cosas. Es un trozo de tela”, zanjó Badger, quien juzgó como “un tema aparte” si se penaliza a quien decida no usarla.
¿Y EL SISTEMA DE SALUD?
El virus desnudó en Estados Unidos las deficiencias de su sistema de salud, que tiene al sector privado como el mayor proveedor de servicios sanitarios. Esto obligó al Gobierno a hacer un sacrificio enorme para atender a los enfermos.