#EL FONDO DEL MEOLLO
• La medida que han aplicado de suspender todos los partidos es correcta, porque tampoco se trata de poner en riesgo a los futbolistas
Cuando, en 2009, vivimos aterrorizados por la pandemia de la Influenza AH1N1, usando a toda hora gel antibacterial, cubrebocas y viendo cómo morían miles de personas, la Liga MX cerró algunos estadios, ordenando que se jugara a puerta cerrada. Entre esos partidos estuvo el Pumas vs Chivas en el Olímpico Universitario, estadio al que acudimos a trabajar con temor, porque —por más que fuera a puerta cerrada— existía el riesgo de ser contagiado. Ese mediodía, Javier Hernández y Juan Carlos Cacho anotaron el 1-1 ante el desolado CU.
Por eso, la medida que han aplicado de suspender todos los partidos es correcta, porque tampoco se trata de poner en riesgo a los futbolistas, como si fueran esclavos que lanzan a una arena a divertir a quienes están en sus casas guardándose para evitar la propagación del virus. Ahora sí se debe aplaudir a los directivos mexicanos, quienes —pese al desastre y complicaciones que se les vienen por la dificultad de encontrar fechas para disputar estas jornadas que estarán en paro— han actuado con inteligencia y responsabilidad.
No se puede “jugar” con esto, se deben aplicar medidas preventivas, incluso exageradas. Hay que tomar en serio lo que vive la humanidad y no permitir que esto aumente exponencialmente. La cordura, la inteligencia, el sentido común deben prevalecer por encima de cualquier competencia deportiva, de cualquier actividad masiva y no ver imágenes grotescas como las del fin de semana con el Vive Latino, en donde les importó tres reverendos pepinos y no lo suspendieron, cancelaron o pospusieron, sólo porque el dinero es lo que los mueve, no el sentido de responsabilidad que deberían tener empresas como estas.
Será una compleja decisión en todas las Ligas, organizaciones y federaciones, para reorganizar el mundo del deporte. Desde la clasificación a Tokio 2020 en el fútbol, que fue cancelada en Guadalajara, hasta cómo se jugará —si es que se juega—, lo que resta de la Champions League, Concachampions, Liga española, italiana, inglesa, mexicana… En fin, podrían tomar el verano como protección para los tiempos perdidos, pero también ahí se ubican la Eurocopa y los Juegos Olímpicos en Tokio.
En Japón, tomarán la decisión de continuar o posponer los Juegos Olímpicos en mayo. Hay tiempo y espacio para seguir esperanzados en que sí se realizarán, que habrá una fiesta internacional en la capital nipona y que el mundo cambiara para ese entonces. Pero, ¿y si no fuera así?
Muchas preguntas y pocas respuestas, por ahora. Es normal, ya que una pandemia resulta un adversario al que no se derrota tan rápido ni en poco tiempo.
La mayoría de las competencias, sin importar el deporte, cuenta con un calendario perfectamente establecido, pero también con muy poco espacio para realizar movimientos por situaciones verdaderamente inesperadas.
Y otro factor a considerar son las incalculables pérdidas económicas que todo esto generará. Además de los empresarios, hay que pensar en toda la gente que vive de esta lucrativa industria.