RELATOS DE VIDA
Por favor ya no me veas, que mi día empezó de lujo, con más horas de sueño, un suculento desayuno, sin pendientes ni quehaceres en el hogar, sin discusiones ni pleitos ni gritos, y quiero continuar disfrutando el día.
Por favor ya no me veas, que hoy las apuraciones diarias desaparecieron, tomé un baño serenamente, disfruté cada gota de agua cayendo por mi espalda, el instante en que frotaba suavemente la crema por la piel, en lugar de echarlo como mezcla a una pared porque se me hace tarde, y pude maquillarme con precisión y no al “inguesu”.
Por favor ya no me veas, que en está ocasión pide modelar mis mejores vestidos hasta encontrar el ideal para la ocasión, probé cada par de zapatillas hasta tener el adecuado y pude colocarme los accesorios precisos para acompañar la vestimenta para acudir a mi compromiso esperado.
Por favor ya no me veas, que lo primero en cruzar mi mente al llegar a este restaurante tan familiar por su atención, y con gran diversidad de olores, fue un platillo fresco con un toque de acidez y picante; y ahora que lo tengo enfrente, tu como ingrediente principal me ves detenidamente; y lo único que quiero es comerte de prisa para olvidar tu mirada precisa, implorando compasión, a pesar de No estar vivo.
