
La banalización institucional del 25N
Un montón de personas blancas, privilegiadas y sin conciencia real de lo que implica la violencia contra las mujeres, hicieron uso de un discurso institucional desgastado y de eventos que poco o nada abona a la construcción de espacios seguros.
Moñitos, prendas y manos pintadas de naranja son portadas año con año el 25 de noviembre, sin que los índices de mujeres desaparecidas sean disminuidos, sin presupuestos dignos para atención de la violencia.
Tiranías laborales enfrentan miles de mujeres, en espacios donde los y las titulares se han autoproclamado defensores, pero que en los hechos minan el desarrollo profesional o la conciliación de vida familiar y el trabajo.
Los discursos sin acciones se convierten en demagogia, y la demagogia en impunidad. En este país la justicia continúa siendo un privilegio de cúpulas, de esas a las que no pertenecen las madres buscadoras, las mujeres indígenas, las jornaleras en situaciones de precariedad laboral o las mujeres migrantes a quienes los derechos se les niega a cada paso que dan.
El día naranja como le llaman se ha banalizado, afortunadamente en las calles los compas se hacen presentes, en las marchas y protestas, vindicando los derechos, alzando la voz, ocupando el espacio público, exigiendo justicia y con un recordatorio constante “nos queremos vivas”.
Y eso es lo importante, que frente a la indiferencia de quienes toman las decisiones, las mujeres se organizan y luchan, desde sus espacios, con los recursos que tienen, con pancartas y con la cooperación para las pilas del megáfono, con sus conocimientos, su arte. Por supuesto las divergencias son parte de la pluralidad y la conciencia, formas distintas de pensar y existir.
Ahora bien, a unos días de que inicie la discusión del presupuesto de egresos de la entidad, es importante presionar para que se destinen recursos suficientes para las instituciones y fiscalías especializadas en la atención, prevención y sanción a la violencia contra las mujeres, de igual forma, para que se garanticen los derechos sexuales y reproductivos.
Que las mujeres seamos prioridad en los hechos, la obra del puente atirantado ha tenido una erogación superior a 10 veces el presupuesto anual del Instituto de las Mujeres y más de 100 veces superior a los presupuestado para la Fiscalía para la Atención de Delitos de Género, de acuerdo con la información oficial en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo.
Las mujeres y niñas merecemos una vida digna y libre de violencia, no en discurso, sino en los hechos.