Políticas de Atención a Centros y Barrios Históricos y Patrimoniales de México que deben ser aplicables en obras de remodelación y restauración

“El Fusil”

La Secretaría de Desarrollo Social y la Universidad Autónoma Metropolitana, han establecido una serie de Políticas y Estrategias de conservación del Patrimonio Histórico que han sido consideradas en diversos foros, nacionales e internacionales; de estos puntos de acuerdo, señalamos solo aquellos que como norma para su observancia,  inciden en las tareas que se vienen llevando a cabo en la Plaza Constitución de la Ciudad de Pachuca de Soto, Hgo.  

 

 

“En cualquiera de las propuestas de intervención a Centros Históricos se deberán elaborar planes de conservación y adecuada utilización del patrimonio cultural como parte integrante del desarrollo urbano, que permitan a las autoridades locales contar con las herramientas necesarias para regular y ordenar el desarrollo urbano y la atención de los centros y barrios históricos y patrimoniales del país, y superar así el rezago que en materia de planeación,  conservación y gestión del patrimonio cultural urbano tienen gran parte de los gobiernos municipales y estatales, todo ello mediante la adecuada utilización del patrimonio cultural urbano de los centros de población en congruencia con los objetivos del Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio, con el fin de mejorar la calidad de vida en esos centros.

 

En cuanto a las políticas a seguir estas deberán considerar: el uso del suelo, la vivienda, la reactivación económica, fuentes de trabajo y reutilización del patrimonio cultural; la infraestructura y los servicios urbanos, el equipamiento urbano, la mitigación de riesgos y vulnerabilidad del entorno.

 

De la recomendación relativa a la salvaguarda de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea. (Texto de la UNESCO, Nairobi, 1976) se mencionan algunas de ellas:

“Establecer acciones claras que normen el uso y gasto de los recursos. Para ello es necesario establecer con precisión cuánto capital estará permitido invertir en qué tipo de acciones, de tal suerte que no se generen excesos en algunos rubros en detrimento de otros. Asimismo, deberá cuidarse que la aplicación de los recursos no resulte insuficiente para lograr, al menos, la habilitación básica de las funcionalidades que se pretenda obtener (las inversiones que no garanticen las funcionalidades, aún mínimas, se traducirán en desperdicio de recursos; por tanto, se deberá cuidar la obtención del punto de equilibrio funcional de las inversiones, al menos).

 

Otro importante aspecto será proponer el tipo de acciones prioritarias que habrán de consumir en primera instancia los recursos. Ahora bien, en función de los remanentes, una vez atendidas dichas funcionalidades básicas y prioritarias, los esfuerzos irán derivando hacia otras.  Para todo lo anterior es imprescindible considerar a la Administración Urbana como el elemento necesario para la implementación de programas y proyectos encaminados a la verdadera conservación del patrimonio cultural, dado que solamente en un sistema administrativo coherente, las instancias de los tres ámbitos de gobierno podrán coordinar las acciones de su competencia, evitando que el centro de población se divida en una ciudad histórica y otra periférica, con obligaciones y atribuciones que no sean equitativas; de tal manera que no se privilegien los resultados de la conservación para ciertos sectores que se consideran preferenciales.

 

Dar prioridad a la utilización, reutilización, acondicionamiento y conservación como equipamientos urbanos, de aquellos edificios y espacios de valor patrimonial que por sus características tipológicas (superficies, claros libres, alturas, vanos, y capacidad estructural) se presten a nuevos usos o destinos. Los inmuebles históricos, bien utilizados, pueden ser espacios muy dignos para muchas de las funciones que prestan los equipamientos a la sociedad, pero se requieren proyectos de adaptación y conservación, bien fundamentados, respetuosos de los valores históricos y estéticos del inmueble.

 

Y como una recomendación final entre las muchas que se asientan para tratar de manera particular este tema, se hace hincapié en que las propuestas y soluciones superen los plazos “políticos” trienales o sexenales, aun cuando se tomen en consideración para diversas etapas operativas, como en el caso de los plazos de los presupuestos anuales, ya que los trabajos de conservación y desarrollo urbano son de largo plazo. En consecuencia, se debe contar con organismos dedicados a esta labor, establecidos en forma permanente, con importante participación social y que sean de carácter técnico colegiado y con capacidad de operación, y no sólo de carácter consultivo o político”. (De los archivos del Comité Técnico para la Protección, Preservación y Mantenimiento del Centro Histórico de Pachuca de Soto, Hgo.

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