
La Policía Militar de Orden Público (PMOP) inició este lunes el control de todas las cárceles de Honduras, en una operación denominada “Fe y Esperanza”, luego de la matanza de 46 mujeres el pasado día 20 en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), cercano a Tegucigalpa.
La intervención comenzó en la Penitenciaría Nacional, de Támara, unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, donde centenares de policías se tomaron un módulo de privados de libertad miembros de la “Mara-18” (pandilla), a los que movilizaron a un patio de la prisión esposados, con las manos hacia atrás, en pantalón corto, descalzos y sin camisa.
El comandante de la PMOP, coronel Ramiro Muñoz, dijo a los periodistas que en el primer módulo de la M-18 intervenido fueron hallados fusiles, pistolas, cargadores, municiones, teléfonos móviles y otros pertrechos.
Los prisioneros fueron sentados en el piso bajo una rigurosa vigilancia de policías militares, en una operación algo similar a las ejecutadas en los centros penales de El Salvador, por instrucciones del presidente de ese país, Nayib Bukele.
Muñoz señaló que es de suponer que si en el primer módulo fue hallado un arsenal, también hay más armas en los otros módulos controlados por las pandillas