Democracia en riesgo…
Ahora invito a los lectores a reflexionar si quienes ejercen el poder, de facto o de jure, en los tres niveles y en los tres poderes, con sus acciones, supuestamente derivadas del consenso, en verdad han buscado que exista un México que todos queremos. En mi opinión, considero que están haciendo todo lo contrario de lo que se pregona y espera; primero, porque la opinión de la ciudadanía para ellos no tiene valor alguno, las consultas que ocasionalmente se realizan pierden toda su credibilidad desde el momento en que estas están controladas y, por lo tanto, dirigidas por los grupos de poder y solo sirven para legitimar posiciones ante la opinión pública.
¿Nos hemos puesto a pensar en manos de quien está el preservar el principio de la legalidad y fortalecer el marco democrático que nos rige?; quienes sí lo han reflexionado, seguramente se han puesto a temblar al darse cuenta que nuestra incipiente democracia está en grave riesgo de retroceso; al parecer el ciudadano ya no es la prioridad de la época, ahora son los Partidos Políticos los que se han apoderado de esa Institución y el poder es lo que cuenta y no el bienestar social.
La política se ha convertido en una bestia hambrienta de poder, los partidos políticos se han tragado la combatividad que los candidatos presumen en campañas, y dan la imagen de que ahora solo obedecen a las líneas que les envían desde las alturas de algún liderazgo, y a partir de ahí, solo repiten como letanía cada una de las palabras vertidas sin reflexión alguna; en muchos casos, es obvio que sus acciones están manchadas por el revanchismo, las venganzas o los intereses económicos. El equilibrio de poder no interesa, pues si así fuera, lo habrían sabido aprovechar para el beneficio social, pero no, hoy el poder es una clara pretensión para someter, para condicionar posturas, incluso algunas de ellas contrarias al sentir popular.
Por ejemplo, esa postura de satanizar al árbitro electoral no es nueva, ya en el pasado otros Partidos lo intentaron, incluso se hablaba también de removerlos, los acusaban de ilegalidad, de no haber actuado en contra de fraudes nunca probados, de haber permitido campañas negras, y demás acciones que el órgano electoral no cometió, sino los propios Partido Políticos que fueron los que las llevaron a cabo; es como si yo le dijera a mis padres que ellos son culpables de las travesuras que yo hacía en la escuela.
¿Estaremos en camino de una democracia muerta? Una democracia viciada en donde los líderes aplicarían su buscada política chicharronera, en donde solo sus chicharrones truenen; y que a partir de ese momento, el ciudadano ya no tenga ninguna garantía de que su voto será respetado, y los órganos electorales se sometan a los caprichos de sus nuevos jefes; la democracia es un riesgo que los Partidos no quieren correr, ya se vio hace no mucho tiempo cuando a las candidaturas independientes les pusieron muchas piedras en el camino, piedras a las que no se les ha movido ni una coma.
No, definitivamente no, el México que los Políticos quieren no es el México que todos los ciudadanos queremos.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.