Pido la palabra

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Lodazal de mezquindades…

¿Servirá de algo tanto gasto en campañas, tanto tiempo invertido en recorridos por los municipios, tanta alharaca gritando la venida de nuevos tiempos en el quehacer político?, si al final nos damos cuenta que estamos en presencia de la misma gata pero más revolcada; con tristeza veo que no aprendemos de la historia ni de nuestros errores, pues, por ejemplo, en las Legislaturas normalmente terminan dejando pasar irremisiblemente el tiempo sin hacer absolutamente nada productivo que emane de un verdadero ejercicio intelectual, solo la grilla de siempre, sangrando al presupuesto sin desquitar lo que están cobrando por representar nuestros intereses ciudadanos.

Para algunos, sus intereses son tan mezquinos que, sin haber demostrado absolutamente nada en el cargo vigente, ya se proyectan para un nuevo cargo electoral y con ello seguir sangrando y viviendo del presupuesto. ¿Qué confianza merece aquel que ni a la mitad del camino abandona una responsabilidad para ir en busca de otra?

Démonos cuenta para lo que ha servido la confianza depositada en los que hoy nos representan, solo han peleado absurdamente por lo que más conviene al Partido Político al que pertenecen, dejando en el olvido a las verdaderas necesidades de la ciudadanía, aunque en sus decisiones enarbolen una bandera de no querer ser traidores a la patria, cuando el no privilegiar la división de poderes eso sí es traición al estado de derecho.

En este momento nuevamente estamos viviendo la etapa de los amarres y las desbandadas; las distintas corrientes viven en eterna lucha por la obtención de los “huesos” y que al no conseguirlos (pues no alcanza para todos, solo para los más cercanos al que parte el queso) buscarán a través del chantaje y presiones internas lograr sus objetivos; en algunos casos no buscan las posiciones para servir a la ciudadanía sino por los beneficios económicos que estos les representa.

Esa lucha de intereses personales provoca que no sea posible concebir que las distintas corrientes busquen las coincidencias que nos permitan progresar como Nación, pues siempre están oponiéndose sistemáticamente a todas las iniciativas de los otros partidos políticos, y cegados por la furia, la sumisión o el adoctrinamiento, se terminan aprobando normas que con el tiempo vemos su ineficacia o los errores producto de una deficiente o nula reflexión jurídico-social.

Por eso no avanzamos, pues siempre van al frente los intereses mezquinos, viviendo en una eterna lucha de los contrarios y cuya influencia inmediata es el miedo y después la sumisión. Teniendo como estrategia una polarización que no nos permite salir del hoyo en el que paulatinamente y por las razones antes expuestas nos han ido metiendo a una etapa de oscurantismo, y reitero, la misma gata, pero todavía más revolcada.

Es indispensable que ya no sigamos en esa espiral fundamentalista a la que los grupos de presión nos han ido empujando, el deber de quienes nos representan es en primer lugar con la ciudadanía y no con sus Partidos Políticos; no les pedimos mucho, solamente sensibilidad de entender que su paso por su cargo actual es efímero y que no debe ser nada halagador esconderse de aquellos a quienes sí estarán traicionado al ciudadano que votó por ustedes; lleguen a los acuerdos que nos permitan crecer, de otra forma, estoy seguro que el pueblo se los demandará y yo soy parte del pueblo.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está