PIDO LA PALABRA

Ya no más atole con el dedo

En mi caminar por este país devastado por los políticos mentirosos, he tenido la oportunidad de ver una enorme cantidad de información con la cual se pretende dejar contenta y apaciguada a la población, en cada Estado de la República a la gente se le dice que ¡se está trabajando!, que ¡vamos a la vanguardia!, que ¡somos los mejores!; y frases por el estilo, cuyo único fin es darle atole con el dedo a sus paisanos.

Esto me lleva a deducir ingenuamente que somos un país secuestrado por las mentiras piadosas, un país que por años se nos acostumbró a vivir de los sueños y que ahora nuestro despertar ha sido muy doloroso.

Y ese despertar es lo que ha llevado a que la gente deje de creer en sus representantes, ya no nos chupamos el dedo con el atole que nos embadurnan, incluso la famosísima izquierda mexicana se ha encargado de abrirnos más los ojos y enseñarnos en todo su esplendor las técnicas más sofisticadas para frustrar sueños.

Por ello, los políticos de cualquier Partido, ya no deben tratar al ciudadano como si todavía anduviese en pañales, pues el mentiroso manipulador puede correr el riesgo de ensuciarse con el producto de ese pañal; la sociedad está despertando de ese sueño en el que por tantos años la mantuvieron.

Las mentiras piadosas con el tiempo caen por su propio peso; a mucha gente ya le importa un reverendo cacahuate las hermosas cifras que se dan en los informes oficiales, pues lo primero que se cuestionan es ¿en dónde fue eso? pues ese avance no ha sido visto, cuando menos no en su entorno.

Y más desánimo bañado de incredulidad provoca el que las palabras no sean acompañadas con los hechos, pues se nos pide que no salgamos, y el mejor político de la historia de México y que no hay otro igual en el mundo, es el primero en romper sus propias reglas.

Se nos dice que hay un ataque frontal a la corrupción, cuando el minimizar actos indebidos en el ejercicio de la función pública es una forma de corrupción; ¿cómo creer en la segunda versión de aquel que mintió en su versión uno?, sabemos que el que miente una vez, miente muchas.

No somos iguales que los de antes, se ha dicho, y que bueno que así sea, pero lo que veo diariamente, me indica que cambiamos para seguir igual.

Hoy hay dos preocupaciones que aquejan al verdadero pueblo de México, y digo verdadero para distinguirlo de aquel sector que hoy todo lo justifica y lo ve con otros ojos; esas preocupaciones son la pandemia y la economía, mismas que son puestas en una balanza para saber con cual de ellas nos arriesgamos, y sin duda, la mayoría le teme más a morir de hambre que morir por la enfermedad, esa es la razón por la que la gente tiene que salir a la calle y créanme que no lo hace por gusto y sí por mucha necesidad. 

Y es en este momento en el que los gobiernos deberían buscar la forma de apoyar a solventar esta necesidad, pues es fácil decir ¡quédate en casa¡, cuando el que lo dice tiene un salario seguro cada semana. No justifico la acción, pero trato de entenderla, por lo cual, reitero que es aquí en donde se debería materializar toda esa verborrea de apoyo social, sin necesidad de fotografías para la historia ni discursos para las elecciones.

La honestidad es lo único que puede salvar a los Partidos y a los suspirantes, ¡ya no más promesas¡, ¡ya no más declaraciones de que somos los primeros cuando en los hechos no lo vemos por ninguna parte!, ¡ya no más atole con el dedo!; porque la respuesta podría ser: ¡ya no más mi voto!

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.

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