Los destapados…
- La verdad es que estamos en el juego de siempre, no hay nada nuevo bajo el sol
Iniciada la carrera electoral, cada uno de los partidos estará afilando sus estrategias a favor de sus candidatos, pero también estará afilando el hacha con la cual intentará descabezar a los candidatos opositores.
La verdad es que estamos en el juego de siempre, no hay nada nuevo bajo el sol, incluso me parece estar viviendo esa vieja práctica del “tapado”, en donde los agoreros de la política pretenden adivinar quién será el ungido por el dedo que todo lo sabe, para que llegado el momento puedan decirle al candidato ya oficializado que “siempre lo han apoyado”.
Habremos de ver candidatos advenedizos que aunque cumplido el requisito de vecindad, sean unos auténticos desconocidos en las lides políticas, lo que permite inferir que el partido que enliste a gente que solo en su casa conocen es porque su fuerza está de tal naturaleza debilitada que se daría por bien servido con sacar lo indispensable para seguir obteniendo las prerrogativas económicas que por ley se debe entrega a dichos institutos políticos.
En otros caso, volveremos a ver en la propaganda partidista a los eternos candidatos de todo lo que se mueva, con el único objetivo de seguir sangrando al erario público, aunque en los hechos en sus anteriores incursiones en algún cargo político, normalmente plurinominal, haya pasado totalmente inadvertidos, en tal caso, sería un error no tomar en cuenta esa situación en el momento que vayamos a manifestar nuestra decisión en la intimidad de la urna.
También, en algunos Municipios seguiremos viendo plácidamente el cómo los apellidos se repiten una y otra vez en cada proceso electoral, eternizando la hegemonía, no del Partido, sino de familias “caciquiles” que, gustándoles el poder, difícilmente se dejarán arrebatarlo.
Tampoco faltarán los resentidos que viendo que “su Partido” no le quiere hacer justicia a su lealtad de muchos años, se deciden voltear bandera y deciden que “de repente” su tendencia política ha cambiado; es decir, que por inspiración divina han dejado de ser conservadores y se han convertido en liberales, de ser azules, ahora se han pintado de amarillo, y los amarillos se han mimetizado en un color más oscuro, más morenitos.
No estoy en contra de la política, tampoco soy fóbico a los postulados de los Partidos Políticos; más bien lo que no acabo por digerir es la exagerada paciencia ¿o pasividad? de quienes teniendo todo el derecho de decidir el camino que queremos para nuestra estructura social, no terminamos por dar ese importante paso a una auténtica y no simulada democracia.
La cuenta regresiva ya comenzó, las cartas se guardan bajo la manga para que no los descabecen tan pronto decidan asomarse, otros, ya nacieron descabezados pues sus candidaturas solo serán para el currículum, o para contarles a los nietos que ellos alguna vez fueron candidatos a algo.
Lo que es un hecho es que en poco menos de un mes los besamanos ya habrán sacado la cabeza para servir de tapete a aquel que “sientan” los tomará en cuenta en la administración que infieren “nadie se las podrá arrebatar, en fin, política a la mexicana, política ficción.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.