CIUDAD DE MÉXICO
• El segundo oficial Daniel Álvarez Amaro relata lo que se hace en la unidad canina donde vive “Blue”, una perrita labrador que ha sido de gran ayuda para las autoridades en la capital
Lleva siete años y medio detectando explosivos en la Ciudad de México. “Blue”, una perra labrador de la Unidad Canina de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), se detiene a rectificar con el olfato el contenido interior de un cajón de madera, en medio de una exhibición.
Deja la mirada fija sobre la caja hasta que se acerca un elemento policial y la carga con ambas manos para retirarla. Con ojos expresivos y un tanto desconcertados, “Blue” es retirada de aquel lugar de donde minutos atrás había botado una pelota que la hizo correr sobre un terreno pastoso.
Aunque todo fue parte de una presentación de sus habilidades policiales para detectar bombas, el adiestrador también debió seguir los protocolos que se realizarían en una situación de riesgo verdadero, por eso la cargó con ambas manos y la alejó.
Con ocho años y medio de vida, “Blue” es la integrante más veterana de los 24 canes que conforman la Unidad Canina del Agrupamiento Fuerza de Tarea. De acuerdo con los protocolos institucionales ella debe dejar sus operaciones en cuanto cumpla los nueve años, pero sus resultados en los entrenamientos diarios y su reacción inmediata han logrado que los elementos sigan considerándola para la detección de explosivos, los cuales “son frecuentes” en la Ciudad de México.
“Blue” repite la operación. Lleva puesto un chaleco oficial de color negro, como el de su pelaje; el adiestrador se pone en cuclillas y le da dos golpes ligeros sobre el pecho que la ponen alerta.
-Bien, “Blue”… ¡Busca!-. La perra sale rápidamente hasta llegar al sexto cajón de madera, en el que se esconde un artefacto que asemeja a un explosivo; volvió a atinar y esta vez sí es premiada con la pelota.
De los 24 perros “Blue” es la más pesada, según los veterinarios, tiene sobrepeso; sin embargo, se pone reacia a que le quiten alimento a su dieta de croquetas premium. Daniel Álvarez Amaro, segundo oficial encargado del adiestramiento de los perros, cuenta una anécdota particular de la perra: “Cuando le retiramos porciones de sus dieta dejó de hacer los ejercicios, por eso decidimos dejárselos, así nos funciona”.
A pesar de ese sobrepeso casi imperceptible, es veloz y fuerte, además carga una energía que irradia. Luego de su exhibición su concentración se volvió en la pelota que le avientan de un lado hacia otro por todo el prado.
El segundo oficial Daniel Álvarez Amaro cuenta que la unidad canina tiene cuatro especialidades: detección de narcóticos, artefactos explosivos, ubicación de personas en construcciones colapsadas y cadáveres o restos humanos.
Los rastreos preventivos que hacen los perros varían según sus estadísticas, pero en lo que se refiere a eventos en los que hay una reunión masiva de personas, ya sea una congregación religiosa, política o cultural, se realizan de tres a cuatro diarios.
En cuanto a búsqueda de personas, cadáveres y narcóticos, el promedio es de un servicio diario, en específico para detección de drogas.