
ALFIL NEGRO
Como decía Juan Gabriel en una de sus canciones: “¡pero qué necesidad! ¿Para qué tanto problema?”, que como dice el personaje del sexenio “viene como anillo al dedo” al caso del PRI HIDALGO, y particularmente de su ahora ex candidata a la gubernatura, y eso de rebote, porque oficialmente es el PAN quien la postula como tal en la alianza “Va por Hidalgo”, de la que formaron parte el PRI y el PRD, en su decisión de descalificar la jornada electoral del 5 de junio que es una reacción sin mucha lógica pero entendible, porque muchas veces el enojo y el coraje cuando se pierde, como fue el caso del PRI, puede llevar a las acciones que para muchos son expresión de frustración y despecho.
Finalmente cada quien es libre de actuar como mejor le parezca, pero llegar al extremo de pedir que se anule la elección ya son palabras mayores, que de algún modo les corrige groseramente su libertad de pensar y de elegir a los más de 600 mil hidalguenses que votaron por la alianza “Juntos Haremos Historia ” que ya es otra cosa.
Se esperaba desde antes de la votación que si el PRI perdía, el asunto se iría a los tribunales, y así sucedió como todos pueden verlo, pero no al extremo de buscar anular la elección, aunque den argumentos que la autoridad que tiene que ver con la materia debe juzgar y decidir qué procede.
Por lo que han dicho los perdedores su decisión es tal que pueden llegar a lo más alto de la autoridad en el tema para que se anule la elección.
Ahora bien, ¿qué puede pasar?
Que la inconformidad sea analizada por la autoridad responsable y decida lo conducente de acuerdo al marco legal y que de ser en contra de los intereses de la alianza “Va por Hidalgo” recurran a una instancia más arriba y finalmente como se ven las cosas, la decisión sea en contra de las intenciones del PRI, con algunas observaciones a los acusados por este partido pero sin llegar a la anulación de la elección.
Si se da esto, la alianza PAN, PRI, PRD, recibiría otra derrota de tal manera que perdería como ya sucedió en la votación del 5 de junio pero ahora en los tribunales.
Ganar es lo que siempre pasó con el partido tricolor durante 93 años, y las ceremonias de festejo eran muy conocidas: música, comida para los asistentes a la fiesta de la victoria y grupos de gentes en el besamanos al triunfador, es decir, siempre listos para celebrar y manejar al estado, pero todo indica que no hubo preparación para saber qué hacer si se perdía, como finalmente sucedió, y es ahí donde comienzan decisiones que no parecen afortunadas.
Perder debe ser horrible y en política más, sobre todo si de verdad se pensaba en la victoria, pero todo indica que no hay vuelta de hoja que “palo dado ni Dios lo quita”, y que lo escrito, escrito está.
Lo que cuesta entender es lo que pretende el PRI, al buscar anular la elección lo que la verdad todo indica que no pasará.
Sin embargo hay que esperar, porque en política todo es posible.