Solicitó asilo y terminó tras las rejas. El periodista mexicano Martín Méndez Pineda cruzó la frontera con EU el pasado 5 de febrero para huir de las amenazas de muerte que recibió en el estado de Guerrero. Presentó todos los documentos necesarios, siguió el trámite al pie de la letra y acreditó que su vida corría peligro. Pero el proceso dio un giro.
Las autoridades estadounidenses argumentaron que no tenía “lazos comunitarios sólidos” y que temían que huyera cuando fuera liberado para continuar con el procedimiento.
Méndez lleva detenido más de 60 días en El Paso, Texas, sin certeza sobre su situación migratoria y con la angustia de volver a México, donde 103 periodistas han sido asesinados desde 2000.
“Es gravísimo, se criminaliza el asilo y se le niega la fianza sin ninguna razón, se tiene que entender como un ataque político a la comunidad mexicana en la frontera”, reclama su abogado Carlos Spector. La defensa acusa que se trata de una decisión “arbitraria” e “inhumana” y que es un reflejo de la nueva política migratoria que Donald Trump ha puesto en marcha desde su llegada a la Casa Blanca en enero pasado.
“La represión es pareja, seas un solicitante de asilo o un inmigrante sin papeles, es un cambio hacia un Estado policial”, afirma Spector.