• Nosotros los mexicanos detestamos todo eso, todo lo que tenga que ver con los términos plutárquicos, aristocráticos, oligárquicos, hegemónicos, imperialistas, etcétera, aunque no sepamos qué son ni por qué existen
Después de dejar enfriar un rato aquel artículo sobre un pobre Estado ignorante con una “democracia en construcción”, considerado por muchos como fallido, principalmente por su alta corrupción y el pésimo funcionamiento de sus instituciones públicas en favor del gobernado, pasando por el ultra nacionalismo, antisemitismo, racismo.
Todo esto también “en construcción”, con unas próximas elecciones presidenciales ante las cuales, según los fanáticos del fútbol, vale más ver un partido que emitir un voto y cuanta más la imagen de los políticos que lo que realmente saben o hacen, porque cabe decir que el pragmatismo ignorante está de moda: aspirantes a la Presidencia de México esconden su poca formación cultural bajo un carísimo y a veces elegante traje de Hugo Boss y unos zapatos Prada; porque, como algunos de nosotros hemos visto, no queremos que nuestra democracia (en construcción) continúe siendo gobernada por paletos, a pesar de que más del 30 por ciento de los políticos no sabe leer ni escribir correctamente debido a una insulsa educación que recibieron en las llamadas “escuelas patito”, o hasta en la UNAM, ya que la Constitución no exige a partidos políticos postular candidatos a Presidentes de la República, de los Municipios, gobernadores y congresistas que sean o que vayan en el camino correcto para eruditos.
No, nosotros los mexicanos detestamos todo eso, todo lo que tenga que ver con los términos plutárquicos, aristocráticos, oligárquicos, hegemónicos, imperialistas, etcétera, aunque no sepamos qué son ni por qué existen.
Tuvimos la suerte de recibir una fuerte inyección de odio “para que siempre estemos preparados para defender a la patria”, a pesar de la existencia de la bomba nuclear; de que seamos vecinos del país más poderoso del planeta y de los eventos ocurridos en 1968 con la presencia de más de 100 países en México en el magno evento de los Juegos Olímpicos, casi todos ellos reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas. Ahora ya sabemos que debido a nuestra falta de preparación y esfuerzo, dentro de poco México va a tener un nuevo Presidente que con gran seguridad será igual de palurdo que nosotros, y estaremos tan a gusto como siempre ya que muy dentro de nosotros se escuchará una vocecita que nos dirá que no podemos exigir más ni estar molestos con el resultado, ya que sea quien sea el ganador, será producto de todas las acciones soberanas ejecutadas por nuestro pueblo… la caballada está muy flaca.