
Al momento todo cambia
Le digo que yo sí lo amaba pero no tanto como él creía. Y siendo ley, la neta yo tampoco sabía que lo amaba menos, pero uno qué va a saber que en el amor hay mucho y hay menos si lo único que se siente cuando se siente es amor y ya, y yo sí lo quería. Bueno, sí lo amaba, porque como dice la rolita “amar y querer no es igual”, por cierto, ¿Ya se murió verdad? Cómo qué quién… el carnalito, el José José.
Es que al momento todo cambia, siempre decimos que por alguna persona daríamos todo, y con él la verdad que estábamos bien, íbamos a las “paris” echábamos fumes, invitábamos a otros a estar con nosotros, y no había celos ni nada, porque cuando quieres a alguien para qué los celos, mejor ves cómo se disfruta y si se puede pues también le entras, nada de lo que tienes es tuyo si lo tienes a la fuerza.
Con el sonido de la bala uno se espanta, corres sin detenerte, no sabes si por el que vienen eres tú o si es la hora en que te toca que te siembren, pero la neta todo estaba bien, se armó el desmadre y un cabrón disparó. Es lo más seguro, que corras y no te pares para nada, que luego recuerdes que no vienes solo y que regreses para ver cómo se termina de morir en la calle.
Al momento todo cambia señor, y por mucho amor que hay, el que corre y alcanza a esquivar las balas sigue vivo, el que no, aunque se le quiera un chingo, se queda tirado, porque así somos corremos para salvarnos y se nos olvida todo, sólo se escucha la respiración de uno mientras se corre a toda velocidad, y cuando el susto comienza a bajar es cuando te cae el veinte de que no ibas solo, de que había más weyes y que entre estos estaba el cabrón al que le habías dicho que lo amabas con todo el corazón…