Microficciones 

Todo comenzó con el foco “inteligente” que había instalado en su recámara. Al inicio creyó que el aparato se había descompuesto, no estaba fundido y con la aplicación de su celular comprobó que funcionaba muy bien; sin embargo, a la misma hora,  cada madrugada el resplandor de la luz lo despertaba sin remedio. 

No encontró otra solución mas que desconectar la lámpara de buró que albergaba el foco que ya se había pasado de “inteligente”. Esa noche durmió plácidamente. 

Luego, unos días después, amaneció ahorcado por el cable de una lámpara, sin que nadie supiera cómo es que con el cable enredado en su cuello, logró conectar la clavija que nutría de electricidad el foco encendido de una lámpara de buró. 

II
-¡Alexa! Dime algo bonito y reconfortante. 

-Hoy tú vas a morir, deberías dejarle una nota a la persona con la que soñaste. 

III

El libro más antiguo de la biblioteca desapareció la misma noche que murió el bibliotecario. Nadie se dio cuenta de esto, y nadie pudo vincular estos dos sucesos. Yo necesitaba el libro y él necesitaba morir. 

IV 

Murió presa de la locura, nadie creyó en el mensaje que había traído a la humanidad, la condenaron fanáticos religiosos, algunos la intentaron matar, y al final su destino fue un hospital psiquiátrico. Ahí, la mesías del nuevo siglo fue crucificada en olvido, no sin antes cargar la cruz del prejuicio y la intolerancia. Al Chucho le fue mejor, pero ella además de nacer humana, le tocó ser mujer.